Pistas para la Lectio Divina...  
Marcos 8,11-13: En busca de señales. “Le pidieron una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba.”

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Tres versículos y una gran enseñanza.

 

Nuevamente aparecen en escena los fariseos y esta vez, como es frecuente en ellos, en actitud polémica ante Jesús. Ellos no pretendían aclarar sus ideas ni mucho menos entablar un diálogo con Jesús. Su intención clara era tenderle una trampa fuera como fuera y de esto Jesús mismo se da cuenta.

 

Esta vez la trampa no se relacionaba con pago de tributos al Cesar, ni cuestiones de ayuno u observancia de normas y leyes judías. La trampa era nada menos presionarlo a hacer una señal extraordinaria, algo que para ellos viniera directamente del cielo. No les bastaba los signos recientes obrados por el: las dos curaciones ni la multiplicación de los panes. Querían convencerse aún más.

 

Esta vez el evangelio nos describe a fondo lo que sintió Jesús en ese momento. Un dolor profundo, como nos dice el texto: Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser” (12). Como quien dice: ‘Esto le llegó a Jesús al alma’.

Jesús no se detiene en largas explicaciones. Simplemente afirma que no se les dará ninguna señal, no porque no se pueda dar ese signo, sino porque ellos no están preparados para recibirlo.

 

Aquí termina el relato y dice que Jesús los dejó y se fue a la orilla opuesta, casi como para decirnos que para creer en Él es necesario hacer exactamente todo lo contrario de lo que hacían los fariseos. No sólo no pedir signos sino saber penetrar los innumerables signos que a diario Dios mismo nos da.

 

 

Para cultivar la semilla de la Palabra en la vida:

 1. ¿Cuál fue la motivación por la cual los fariseos pidieron a Jesús un signo?

2. ¿Qué signos pedimos hoy a Dios?

3. ¿Qué le he pedido últimamente a Dios? ¿Me lo ha concedido? ¿Cuál ha sido mi reacción?