Pistas para la Lectio Divina...  
Marcos 8,14-21:
Ojo a la falsedad. “Guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Jesús va con sus discípulos mar adentro. Él llevaba en su corazón el reciente suceso con los fariseos y espontáneamente les hace una amonestación: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.» (15). Como se dice, los discípulos estaban en otro cuento, les preocupaba mucho el que no tenían más que un pan para comer. Las palabras de Jesús entonces cayeron en el vacío y Él mismo lo notó. Jesús parece no comprender la actitud de los discípulos y así se los da a entender. No hacía nada que Jesús había saciado una gran multitud sólo con unos pocos panes, ¿por qué entonces ellos se preocupaban tanto por el alimento?

 

Jesús reprende su dificultad para comprender, su embotamiento. Les pregunta por qué teniendo todo lo necesario para creer y comprender, no lo hacen. ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? (18). Les refresca además la memoria preguntándoles lo de las multiplicaciones de los panes, no tanto para recordar lo pasado sino para que comprendan y penetren a través de los signos milagrosos de Jesús su realidad divina.

 

Es interesante notar que Jesús no les pregunta a cuánta gente se alimentó, sino cuánto sobro. La acción de Dios siempre nos da elementos de sobra para creer incondicionalmente en Él.

 

Casi podríamos establecer un paralelo entre el evangelio de ayer y el de hoy. Tanto los fariseos como los discípulos tenían su mente lejos de lo que pretendía Jesús. No acababan de creer en Él. Los fariseos piden abiertamente un signo que no se les da. Los discípulos, aunque no piden un signo, les preocupa mucho lo material: ‘tienen sólo un pan’ y la enseñanza de Jesús para unos y para otros queda en un segundo plano. Es por eso que Jesús lanza a sus discípulos esa última pregunta: “¿Y todavía no creéis?”

 

 

Para cultivar la semilla de la Palabra en la vida:

1. ¿Por qué los discípulos de Jesús no entendieron el mensaje que les quería dar?

2. ¿Qué preocupaciones pueden dificultarnos comprender y penetrar el mensaje de Jesús?

3. ¿Qué estrategias podemos emplear en la familia para comprender y penetrar mejor el mensaje de Jesús?