Pistas para la Lectio Divina...  
Marcos 9,41-50: Cortar de raíz con el mal. “Si tu mano te es ocasión de pecado, ¡córtatela!

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Marcos continúa presentándonos a Jesús Maestro que enseña a sus discípulos.

 

El texto de hoy en el v. 4 nos recuerda que todo el bien que hagamos a los demás no quedará olvidado y sin recompensa, aún lo más mínimo como sería dar un vaso de agua.

 

A continuación Jesús se detiene en una lección, digámoslo así, de preventividad. Es decir, lo que se debe hacer para evitar, en este caso, el escándalo. Cómo evitar que mis actitudes y comportamientos sean ocasión de escándalo para los demás, y Jesús en esto es muy radical.

 

El primer versículo es fuerte: “Al que escandalice  a uno de estos pequeños que creen, mejor es que pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que lo echen al mar” (42). Como diríamos hoy ‘al que escandaliza es mejor que lo desaparezcan; que muera’. El que no custodie y ayude al otro, por más pequeño que sea, a crecer en la fe, es mejor que muera.

 

Jesús nos lleva, con una pedagogía muy sabia, a hacernos un examen de conciencia sobre la manera de erradicar las posibilidades que tenemos de escandalizar a otros.

 

Al hablar de tres partes concretas del cuerpo, nos está alertando sobre actitudes y comportamientos que pueden ser ocasión de escándalo para los demás. 1. Mano; 2. Pie      3. Ojo

 

Se está refiriendo concretamente a

 

Mano El hacer

Pié     El dirigirme a…

Ojo      El ver.

Notemos que todos estos elementos son dobles, quedando aún la posibilidad de hacer el bien con el que nos queda.

 

Veamos por partes.

 

1. Jesús empieza con la mano. Aquello que hago en contra de los demás. Él no dice: Si la mano te lleva al mal déjala quieta. ¡No! Hay que arrancar el mal de raíz y por eso dice que lo mejor es cortar la mano. Es fuerte, pero Jesús sabe que si no se elimina totalmente la ocasión de pecado, siempre estaremos dispuestos a caer nuevamente en él.

 

2. Pasa luego al pie. Es decir, aquellos lugares que frecuentas, aquellos planes o proyectos que cuajas dentro de ti y que no te darán vida ni darán vida a los demás. Aquellos procesos que realizas, no propiamente hacia el bien. Aquí también es necesario cortar por lo bajo antes que sucedan cosas peores.

 

3. Y pasa al ojo, aquello que ves. O si pensamos un poco más profundo, no sólo aquello que vez sino cómo lo ves. Tus opiniones, tu apreciación de los demás, tus criterios y juicios.

 

Esto nos lleva a revisar profundamente nuestras actitudes y nuestra capacidad de erradicar todo aquello que sea ocasión de pecado. Es preferible que el Reino de los cielos esté lleno de mancos, cojos, tuertos y no que la Gina esté llena de personas completas que no han hecho el bien. 

 

 

Para cultivar la semilla de la Palabra en la vida:

1. ¿Por qué Jesús es tan duro en este pasaje, al sugerir cortar mano, pie o arrancar el ojo?

2, En mi vida ¿Qué debo arrancar de raíz? ¿Qué proceso he hecho al respecto?

3. En mi familia o grupo, ¿a quienes he escandalizado con mi comportamiento? ¿Qué me pide Jesús que haga?