Pistas para la Lectio Divina...
Mateo 20,20-28: Aspirar a lo verdaderamente grande. “Quien entre ustedes quiera llegar a ser grande hágase el servidor de todos.

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Hoy celebramos la fiesta del apóstol Santiago el mayor, hermano de Juan y quien vivió junto a Jesús la experiencia de algunos momentos significativos como la curación de la hija de Jairo, la transfiguración, la oración en el huerto.

 

En el texto de hoy, la primera que aparece en la escena es una mujer, precisamente la mamá de los dos. La vemos que se acerca a Jesús y se postra. Ella reconoce en Jesús a alguien ante el cual la mejor actitud es postrarse y adorarlo. El texto no nos dice que ella haya pronunciado palabra alguna. Jesús, que conoce lo profundo del corazón, capta en este gesto el deseo de la madre de pedirle algo, y sin más le lanza una pregunta: “¿Qué deseas? (22).

Hagamos una pequeña reflexión: Es la primera vez que aparece esta Madre. Seguramente todo lo que sabía y había oído acerca de Jesús se lo habían contado los hijos quienes seguían al maestro desde el momento en que Él los llamó. Es bello ver como, en este caso, son los hijos los que transmiten la experiencia de Jesús a sus padres, en este caso a su madre.

 

Cerremos el inciso.  A la pregunta de Jesús: ¿Qué deseas?, sintiendo fuerte el amor pos sus hijos, queriendo lo mejor para ellos y al mismo tiempo captando todo el significado salvífico de la figura de Jesús, le dice; “Manda que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda en tu reino” (21)

 

En esta petición encontramos algunos elementos interesantes:

 

  1. Manda

  2. Reino

  3. Sentarse a la derecha y a la izquierda.

 

“Manda” Esta mujer reconoce la autoridad que tiene Jesús, quien puede ‘mandar’. Es como si dijera: “Tú que todo lo puedes da esa orden. ¿Cuál?

 

“Que estos mis hijos se sienten en tu reino” Es como decir: Creo en todo lo que mis hijos me han dicho de Ti y ahora te pido que los hagas participes de tus planes y proyectos, de tu futuro.

 

Sentarse, la palabra sentarse indica igualdad, intimidad, confianza. Esta Madre apunta alto. No simplemente que ‘se sienten contigo’, eso ya sería bastante, sino que se sienten a tu derecha y a tu izquierda. Los puestos de honor. El favor hay que pedirlo bien.

 

Jesús la pensaba muy distinto y por eso le responde no solo a la mujer sino a los tres: “No saben lo que piden” (22) Esto no es tan sencillo, porque no se trata de un ‘premio’ a la buena conducta, hay que ir más lejos: “¿Son capaces de sufrir lo que yo voy a sufrir?” (22).

Casi arrebatándole la palabra a Jesús exclaman con seguridad; “Podemos”. Jesús reconoce que por el amor que le tienen ellos lo harán, beberán su copa, pero eso de “sentarse a mi derecha y a mi izquierda no me corresponde a mi darlo, sino que se les dará a aquellos, para quienes mi Padre lo ha preparado”  (23).

 

Aquí parece que termina la insistencia.

 

Los otros diez estaban escuchando atentamente este original diálogo. El texto dice que se enojaron con los dos hermanos. ¿Sería por lo que pedían o porque no los habían tenido en cuenta a todos?

 

Jesús entonces les da una bella lección. No se trata de mandar sino de servir. Este es el único camino que nos puede hacer grandes. Esto no lo dice Jesús simplemente porque sabe que es así, sino porque, como nos dice el versículo 28, lo ha experimentado en su vida haciéndose una vez más Maestro de vida.

 

Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. Según Jesús ¿Cuál es la mejor manera de llegar a ser grandes?

2. ¿Qué entiendo yo por una actitud de servicio? ¿Cómo la vivo?

3. ¿En mi grupo, en mi familia o comunidad me siento mas inclinado/a a mandar o a servir? ¿En qué momentos específicos lo noto?