Pistas para la Lectio Divina...
Mateo 8, 18-22: Compartir el camino de Jesús, sí, pero hay exigencias. “Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos”

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM  

 

 

Después de curar a un tercer excluido, una mujer sin nombre -de la cual sólo sabemos que era la suegra de Pedro-, y de ponerla al servicio del Reino (ver 8,14-15), el rostro misericordioso de Jesús que salva aparece contemplado a la luz la profecía de Isaías: “Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades” (8,17; ver Isaías 53,4).

 

Enseguida, en medio de la misión, y cuando Jesús acaba de dar una orden para abrir los horizontes misioneros en tierra pagana, aparecen un escriba (8,19) y un discípulo (8,21), cuyas peticiones dan pie para una enseñanza sobre la radicalidad del seguimiento de Jesús.

 

El Maestro de la Ley se ofrece para seguir a Jesús, esperando poder andar con él sin romper con ninguna de sus seguridades. Pero Jesús le niega esa posibilidad. Así como el “Siervo sufriente” profetizado por Isaías 53,4, para “cargar con las enfermedades” de los otros y abrirse a los nuevos horizontes misioneros entre los paganos, hay vivir completamente desprendido, en la pobreza que da libertad de corazón (ver 8,19-20).

 

Otro discípulo intenta anteponerle al seguimiento de Jesús sus deberes con el papá difunto (ver 8,21). Jesús le pide abandonar al papá, lo cual quiere decir: romper con la dependencia de las tradiciones que impiden la misión. El seguimiento y la vida misionera suponen entrar en una nueva etapa de vida (ver 8,22).

 

Este pasaje del evangelio lo leímos ayer en la versión lucana. Remitimos a la “lectio” de ayer para profundizar otros aspectos de la lectura; aquí hemos destacado lo que es propio de Mateo.

 

Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. ¿Qué relación hay entre el pasaje “vocacional” de hoy con el contexto anterior en Mateo: los tres milagros con los excluidos y la profecía del Siervo sufriente de Yahvé?

2. ¿Por qué el evangelista Mateo coloca –a diferencia de Lucas- solamente dos personajes en el camino, un Maestro de la Ley y uno que ya es Discípulo de Jesús? ¿Qué se está queriendo enseñar? ¿Tiene alguna relación con la presentación que Mateo hace de sí mismo en 13,52?

3. ¿Por qué Jesús plantea estas exigencias vocacionales justo antes del relato de la tempestad calmada y la misión en territorio pagano?