Nuestra Señora del Pilar

San Lucas 11, 27-28: A orillas del Ebro

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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“Mientras Jesús hablaba, alzó la voz una mujer de entre la gente: Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te alimentaron. Pero él dijo: Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan”( San Lucas 11, 27 – 28).

1.- La leyenda es el resplandor de la historia. No ha de incomodarnos entonces que variados elementos de nuestra praxis cristiana se apoyen en leyendas, que han circulado a través del tiempo. Lo esencial continuará siendo nuestra adhesión a Jesucristo y a los valores evangélicos. Por lo tanto, no vale discutir si la devoción a Nuestra Señora del Pilar, se fundamenta sobre hechos históricos, o no. Lo esencial es un acercamiento a la Madre de Dios y Madre de la Iglesia. El deseo filial de imitarla, permaneciendo bajo su protección bondadosa.

2.- Se cuenta que antes de dejar Jerusalén, Santiago el Mayor recibió de la Virgen María esta promesa: Iría personalmente a donde hubiera un grupo considerable de discípulos. El apóstol, al llegar a las riberas del Ebro en la actual Zaragoza, logró formar una comunidad de hombres rectos que aceptaron el Evangelio. La Virgen María cumplió su palabra, al hacerse presente, trayendo en sus manos una columna, con la petición de que allí se edificara un templo en honor de su Hijo. Esa columna evocaba aquella otra de fuego que guió a los israelitas por el desierto. De allí nace la advocación que se venera en Zaragoza y en muchos lugares del mundo: Nuestra Señora de la Columna, Nuestra Señora del Pilar.

3.- El evangelio de hoy nos recuerda la alabanza que una mujer del pueblo dirigió a la Madre de Jesús: “Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te alimentaron”. El Señor le devuelve ese elogio, refiriéndolo más bien a quienes escuchan su palabra y la ponen en práctica. Allí estaríamos nosotros, si dejando a un lado muchas elucubraciones, nos esforzamos en vivir al estilo de Jesús: Amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Un buen proyecto para todos los devotos que invocan desde lejos a Nuestra Señora del Pilar. Para los peregrinos que visitan su santuario en Zaragoza.

4.- Según las crónicas, fue un 12 de octubre cuando se dedicó el primer templo ya oficial en honor de la Virgen del Pilar. Finalmente, el papa Clemente XII, a mediados del siglo XVIII, señaló el 12 de octubre día litúrgico de “ la Virgen María Aparecida en Carne Mortal».Muchos favores ha concedido a sus devotos la bondadosa Madre, en su santuario del Pilar.

Pero también hay otro hecho admirable: Al amanecer del 12 de octubre de 1492, como apunta un escritor, aquellos noventa héroes que acompañaban a Colón, luego de tres meses de aventura, avistaron una lengua blanca de arena. «¡Tierra! ¡Tierra!» gritó Martín Alonso Pinzón, en la proa de una de las naves. No era un espejismo, como otros tantos engaños padecidos durante su arriesgada travesía. Habían descubierto el continente americano. A esa misma hora, prosigue el mismo autor, allá en la Península, las campanas de muchos conventos llamaban a la liturgia de la Virgen del Pilar. Y el preste desgranaría esta plegaria: «Oh Dios omnipotente y eterno que por la Madre gloriosísima de tu Hijo nos has preparado maravillosamente una ayuda celestial, concédenos que aquella a quien veneramos piadosamente con el título del Pilar nos ayude sin cesar con su protección.»