Hacerle caso a Dios

Fiesta de la Sagrada Familia, Ciclo A

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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"Un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate,  toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, porque Herodes busca al Niño para matarlo". San Mateo, cap. 2.

Hacerle caso a Dios, fue una expresión usada por muchos catequistas populares para explicar el compromiso cristiano. Por lógica, el pecado sería todo lo contrario.

La Biblia, por su parte, presenta muchos personajes que ajustaron su vida a los deseos del Señor. Entre ellos José, el esposo de María, como nos cuenta san Mateo.
Después del doloroso conflicto ante el embarazo de su prometida, parece que el patriarca mantuvo línea directa con Dios. Pues nacido Jesús en Belén y luego de la visita de los magos, el ángel le advierte que el rey Herodes busca al Niño para matarlo. Por lo tanto, debe huir de inmediato a Egipto, con María y el recién
nacido.
La frontera sur de Palestina se hallaba en aquel tiempo a unas cinco, o seis jornadas de Belén. Y es probable que estos desplazados hubieran caminado hacia Hebrón y luego por la ruta del mar, llegaran a Egipto. Un país asequible para los refugiados.

No fue la única vez que unos israelitas se asilaron allí. Lo habían hecho Abraham y también los hijos de Jacob. Más tarde, encontramos en varias ciudades egipcias colonias judías bien organizadas.

Este destierro pudo no ser muy prolongado. Quizás un año largo, porque la muerte de Herodes ocurrió en el año 750 de Roma y Jesús, según los mejores cálculos, habría nacido en el 748.

Frente a esta familia santa y en dificultades pudiéramos examinar nuestros hogares. Es cierto que la institución familiar hoy tambalea, hostigada por muchos enemigos. Pero consuela descubrir numerosas familias, de diversos niveles económicos y sociales, que le hacen caso a Dios, en todos los momentos. Que guían su propia historia, bajo la luz de la fe, aún en medio de las desventuras.
Advirtieron quizás que el estilo de fe, traído desde atrás, no les satisfacía. Entonces se abrieron a una creativa renovación y buscaron hasta encontrarla. Sintieron que, de pronto, su amor se asfixiaba, por causa de la rutina y el cansancio, pero se propusieron salvarlo a toda costa.

Supieron, por ejemplo, que la droga y el sida amenazaba a sus hijos y los educaron en la verdad y el equilibrio. Detectaron cómo la violencia exterior e interior destruyen la comunión. Y crearon vínculos de amor, según las bienaventuranzas.

San Mateo consigna que, pasado algún tiempo, el ángel del Señor ordenó 
nuevamente a José: "Vuélvete a Israel, porque ya han muerto quienes atentaban contra la vida del Niño". Pero el patriarca tuvo miedo de regresar a Judea, donde reinaba Arquelao, uno de los hijos de Herodes. Se estableció entonces al norte, en la provincia de Galilea, donde su esposa había crecido.
"Familia, ¿dónde estás?, clama un escritor contemporáneo. Mientras muchos construyen el futuro, mediante la ciencia del acero y los ladrillos, de las máquinas y las computadoras, tú lo edificas con más excelentes materiales: La mente y el corazón de los tuyos. Familia: Vive a plenitud tu vocación, no sea que en el
porvenir, nuestra especie sea sólo una manada, una jauría, o una cuadrilla bajo la ley del monte".