VII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Autor: Padre Hernán Quijano Guesalaga
Mc, 2, 1-12
- Isaías: Deuteroisaías, tiempo de sometimiento en Babilonia. Caminos nuevos, estepas en los desiertos. Esperanza, iniciativa de Dios. Perdona los pecados.
- Marcos:
- La casa de Pedro en Cafarnaún, exponiendo la Palabra en el interior, la puerta tapada por la gente.
- El paralítico llevado por 4 ¿tenían también la fe del paralítico o estaban probando? Sortean obstáculos, abren un boquete en el techo (teja) y entran. Un ladrón abre un techo para robar, ellos para encontrarse con Cristo. Solidaridad con el enfermo.
- Jesús no lo reta por haberse “colado”, ni por haber interrumpido su plática. Lo sorprende: tus pecados perdonados. No venimos para eso: cúralo. Sabía lo que necesitaba. Lee sus pensamientos. Pero la enfermedad no es consecuencia o castigo por los pecados. “Hijo”.
- Los escribas: sólo Dios perdona los pecados. Ellos estaban allí como mirones para ver en qué podían atrapar a Jesús para acusarlo. También lee sus pensamientos. Toma tu camilla y vete. Muestra que tiene poder divino. Señala que no quiere que lo busquen como sanador sino por aquello que es su misión, viene a redimirnos de los pecados.
- ¿tenemos fe en Jesús? ¿somos capaces de abrir boquetes en los techos y sortear obstáculos y abrir puertas para ir a su encuentro? ¿creemos que puede curarnos? ¿Que puede Dios hacer estepas en los desiertos (Isaías) o sorprendernos con su iniciativa a pesar de los pronósticos humanos desalentadores? ¿necesitamos que nos cure nuestras parálisis? ¿lo buscamos sólo por lo que pueda darnos? ¿también para sentarnos a escucharlo?