II Domingo de Cuaresma, Ciclo A.
Mateo 17, 1-9: Luz en el camino

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

La Fe es una caminada. O mejor, un camino largo expuesto a todas las dificultades, sorpresas, luchas, perplejidades de lo impredecible, de lo imprevisto. No se compadece en nada con lo fácil, con lo seguro, con lo poseído o adquirido. Como un propio está sujeta a la marcha indefinida, al cansancio, a las cadenas de la incomprensión. 

La Fe sólo obedece a un verbo: ‘Salir’ que es lo mismo que dejar, romper, desestabilizar, incomodar. “Sal de tu pueblo, de tu parentela, de tus dioses” pareciera decir el texto del Génesis hoy, para indicarnos cómo hay que superar la rutina, el ritualismo, la comodidad, la seguridad. Y Abraham sale sin saber a dónde. 

Más dura, pero convincente, la situación de Pablo. Sus cadenas son el signo creíble de su Fe. Con dolor desgarrador escribe desde la cárcel a su discípulo Timoteo, para que dé razón del Evangelio que predica con su propia vida. Toda su caminada la ilumina con la Resurrección de Jesucristo. 

Pedro ha sido deslumbrado con la Transfiguración de su Maestro. Todo allí es luz, belleza, resplandor. Pedro quisiera quedarse ahí. Pero tanta luz sólo tiene su fuente en la Cruz. Es apenas una luz en el camino. Pero una luz que da sentido, fuerza, dinamismo, entusiasmo. Una luz que enseña lo duro del camino y abre el horizonte a la plenitud. 

Cochabamba 17.02.08