Pascua de Resurrección, Ciclo A.
Juan 20, 1-9:
Pascua

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

El Dios cristiano es festivo, farrero, alegre. Inventó la Pascua judía para celebrar la liberación del Pueblo elegido. Era una fiesta para compartir el gozo de las cadenas rotas e impulsar a caminar a una muchedumbre que había detenido su marcha cuatrocientos años atrás en aras de la esclavitud.  

Pero esta primera pascua era apenas un anticipo de la verdadera Pascua. Cristo Jesús es nuestra Pascua. Él ha querido inaugurar entre nosotros una fiesta sin ocaso. Es la fiesta de la vida, la fiesta de la alegría, la fiesta de la solidaridad. Comienza venciendo la muerte y el pecado y el dolor criaturas de autoría exclusivamente humana. 

En el sepulcro quedan como rezagos del pasado las vestimentas que nos ligaban a la antigua pascua, es decir, lo veterotestamentario, lo viejo, lo rutinario, el culto de la ley. Irrumpe la novedad, la nueva creación, “el día que hizo el Señor”.  Hombre y mujer transformados/as en el Espíritu, cocidos/ a fuego de pasión y de esperanza. 

De ahí nace la nueva humanidad. Nuestro bautismo es en la alegría pascual. Atrás quedan los rostros de funeraria, las quejumbres del pasado y nos lanzamos con la fuerza de un ‘misil’ al futuro que sabemos nuevo, inédito, pero nuestro, nuestro en la dimensión de la Pascua que es Cristo quien nos regala el don de su Espíritu.  

Cochabamba 23.03.08