VI Domingo de Pascua, Ciclo A.
Juan 14, 15-21: Esperanza acreditada

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Vivimos en un mundo complejo, difícil, agónico. Alguien puede pensar diferente, quizás, porque se ha apropiado del bienestar ajeno. El dolor de humanidad se ahonda cada vez más. Es urgente una palabra de consuelo, de ánimo. Una voz que indique el horizonte, que  dé razones para vivir, motivos de esperanza. 

Pedro, hoy, nos hace un llamado apremiante: “Estar dispuestos a dar razón de nuestra esperanza a quienes nos pidan explicaciones”. Esto lo plantea a cristianos/as que viven en persecución. Nada fácil. Pero necesario. Es lo nuestro, nuestra vocación, nuestra identidad. El propio del cristianismo en este siglo, es sin duda, la esperanza.  

El mundo actual no va aceptando cualquier mensaje. Hay muchas frustraciones. Las máscaras y las mentiras caen por sí mismas. Un mensaje será creíble de verdad sólo si abre a la esperanza, al futuro. Necesitamos socializar la esperanza, hacerla un bien común, un bien social, generar la globalización de la esperanza.  

 Habría que promover la conversión a la esperanza. Una esperanza solidaria. El mundo no se convierte a nuestra esperanza cristiana, porque los/as cristianos/as no nos hemos convertido al sufrimiento de la humanidad, a su dolor, a su cruz de cada día. Es auténtica la esperanza que está de parte de los crucificados, de los/as empobrecidos/as. 

Cochabamba 27.04.08