X Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mateo 9, 9-13: Misericordia quiero…

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Nos preguntamos con frecuencia quién será el verdadero/a cristiano/a. Nos ponen de manifiesto muchos modelos. Hay quien cree que podría ser el que reza mucho, aplaude, canta, quien da muchas limosnas, el que practica rituales de tono y colorido diversos, o quien hace promesas y peregrinaciones. Esto puede ser válido pero no suficiente.

Hoy el evangelio nos lo define categóricamente: La esencia del cristino/a es el amor. Y lo expresa con una palabra que está en el corazón de la Biblia: ‘Misericordia’. Los musulmanes también hablan del Dios misericordioso. Y los budistas profesan en su devocionario la compasión y la bondad. Es un puente para el diálogo interreligioso.

Misericordia en su raíz latina nos define a un Dios que da su corazón a los/as pequeños, humildes, sencillos/as. Cuando hablamos de amor lo ubicamos en el corazón. A la madre se le envía un corazón con un ‘yo te amo’ explosivo, agigantado. Para pintar a Dios podemos hacerlo también con un corazón. Decimos con ello que Él es amor.

¿Cómo traducir todo esto a nuestra vida práctica? El amor no es una idea platónica. Esto es igual a mentira. Es concreto, es práctico, tiene nombres, opciones, compromisos, ideales, sueños, horizontes. El amor se confunde con nuestra vida cuando la damos de verdad, cuando responde a una vocación, a la utopía última de nueva humanidad.

Cochabamba 08.06.08