XIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mateo 16:13-19:
Hospitalidad

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

La desconfianza, el vandalismo, la inseguridad nos van arrebatando, borrando uno de los valores más significativos de nuestras culturas. Este valor es la ‘hospitalidad’. Se expresa de mil maneras: La acogida, el compartir, la minka, el aguayo tendido, “las manos abiertas, el corazón sin puertas”.  

La Palabra de Dios, hoy, nos ayuda al rescate de este valor originario. En  cada huésped recibimos al mismo Jesús, según nos lo dice el evangelio. Esto eleva el tono de la dignidad de nuestros huéspedes. Y la recompensa es eterna: Aún un vaso de agua será premiado y ningún gesto o detalle quedará ignorado.  

La sunamita, anfitriona de Eliseo, se esmera en atenciones varias a su huésped. Habrá para él un cuarto, una cama, mesa, silla y candil. No es poca cosa. En nuestras fiestas hay más que todo esto. En nuestra mesa humilde también hay un pan para multiplicar, una sonrisa alentadora y una bendición que es memoria, sueño y esperanza. 

La comunidad cristiana goza también del privilegio de una mesa. Mesa que es Misa. O mesa que es mantel extendido para todos/as donde se comparten las miradas, los  gestos y los signos de nuestra caridad, de nuestra fe. Mesa que alimenta y fortalece, mesa que nos une. Celebramos nuestra hospitalidad. ¡Cómo quisiéramos hacerlo en amor y gozo compartidos! 

Cochabamba 29.06.08