XVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mateo 13:44-52 o 13:44-46:
Un corazón sano

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Las tres lecturas de hoy tienen un punto de encuentro. Pareciera una cita concertada de antemano: El corazón. Nos toca ser protagonistas en un mundo de ‘ejecutivos’ como robots, vacíos, sin corazón. Es la gran enfermedad del ser humano hoy: El corazón. Nos come el desafecto, nos tortura la eficacia, nos ahogamos en la desazón.  

El recién ungido Rey Salomón pide a Dios un corazón dócil a sus mandatos. No le está pidiendo sometimiento de su pueblo, éxitos en sus ejecutorias, políticas de desarrollo asertivas. Sólo pide sabiduría, don por excelencia del Espíritu que plenifica nuestro corazón a tono y elevación del corazón de Dios. Lo demás es añadidura. 

Pablo en el capítulo octavo de su carta a los Romanos, “uno de los puntos más altos de la elocuencia del corazón”, nos sitúa en el gran proyecto de Dios para con nosotros/as. Es un proyecto de elección, de santificación que expresa el amor infinito para con los/as suyos/as como predilección exclusiva de su corazón. 

Y Jesús en el evangelio nos pide deshacernos de toda esta mercancía de consumo inútil, vacía, sospechosa de podredumbre para lograr obtener la perla fina que le da a nuestro corazón la única dimensión de su grandeza, el quilate de su peso y la visión de futuro en posesión gozosa de lo único necesario, urgente y definitivo que es  Dios mismo. 

Cochabamba 27.07.08