Solemnidad de la Asuncion de la Santisima Virgen Maria
Lucas 1, 39-56:
No somos huérfanos/as

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

La vida necesita un hábitat especial: Entrañas maternales, calor de cuna, manos que te arrullan, cuidado asiduo, mirada tierna, corazón en sintonía de cadencias y ecos de pentagrama. A todo esto le llamamos con un único nombre: Madre. Y esta mujer es irrepetible, la más hermosa, la más dulce, la que da sentido y razón a nuestras vidas.

Jesús es el paradigma de la nueva humanidad. Y es nacido de mujer, también Madre. Y Madre constituida así al pie de la cruz para que todos/as tuviéramos vida, la nueva vida. Es la Señora del Amor y el amor nunca muere. Por eso celebramos hoy su nueva dimensión de eternidad, primicias de nuestra carne resucitada en la gloria del Reino.

Nuestra fe proclama esta presencia de María como Madre en nuestra caminada. No somos huérfanos/as. El discipulado cuenta con esta formadora de nuestra fe, discípula también Ella, pero tan cercana al Maestro que lo puede grabar en nuestro corazón con su palabra callada y su silencio evocador.

Nuestra fe se traduce en danza, fiesta, colorido y acogida. Una familia grande, tan grande como la Patria y su historia, nos encontramos alrededor de la misma Madre. Ella nos lleva a Jesús. Ella nos abre el Evangelio. Ella nos indica el camino de la reconciliación. Con Ella tiene futuro nuestro destino en la simplicidad del amor.

Cochabamba 15.08.08