VII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Marcos 2,1-12:
Sí o Sí

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

La seguridad, la estabilidad, el confort operan hoy como cápsulas en donde apresamos el pasado y anulamos toda posibilidad de construir el futuro. La involución es una tentación en toda institución y es cultivada con esmero en mentes reprimidas. Toda innovación se cataloga como peligrosa y perturbadora. Esto no descarta, de otra parte, la tentación del esnobismo.

Isaías irrumpe hoy con una palabra hiriente: “Miren que realizo algo nuevo, ¿no lo notan?” Es el Señor quien habla desde su misma identidad, la novedad. Al Dios de la Biblia no hay como buscarlo en el pasado. Viene del futuro. No es amigo de anticuarios. Ni de refugios. Incomoda. Nos lanza hacia adelante. Nos constituye en ministros de la inquietud, en  búsqueda permanente.

En la Segunda Carta de Corintios, Pablo nos presenta a Jesús como el “Amén” del Padre. Un Amén que resume en dos letras: Sí. El Sí del Padre. El Sí de su obediencia total al Padre, el Sí del perdón, el Sí de su misericordia. También en el perdón Dios no mira atrás, simplemente olvida como lo expresa el último versículo de Segunda Corintios hoy. Al perdonar, Sí o Sí, Dios nos abre al futuro.

En el evangelio de Marcos, después de la curación del Paralítico, la gente celebra con un canto de estupor: “Nunca hemos visto cosa igual”. En Isaías la pregunta era: ¿No lo notan? En Jesús la gente encuentra la respuesta. Con Él comienza la novedad. Ya no hay cómo estancarse. Ya no hay cómo esconder nuestras frustraciones en refugios de pasado. Sí o Sí se abre el camino de nuestra conversión al futuro.

Cochabamba 22.02.09