Domingo de Ramos, Ciclo B
Marcos 14,1-15,47:
Y gritarán

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Un clamor que es grito ensordecedor exige justicia, equidad, respeto desde todos los rincones del universo mundo. Los inmigrantes africanos lo hacen en París y su eco repercute en toda Francia y Europa. La sangre de estudiantes en Alemania, salpica nuestros rostros. Cada manifestación o huelga en cualquier rincón de nuestro País, nos conmueve.
El evangelio nos dice que una casta política y sacerdotal quería acallar multitudes, sobre todo, niños/as. Jesús respeta el clamor popular y sentencia: “Si éstos callan, gritarán las piedras”. Es algo patético, monolítico, holístico. La emoción, los sentimientos, el dolor, la pasión del Pueblo se conjugan con su búsqueda acallada de esperanza.
Es el grito de la vida. Comienza desde el seno materno. Hace eco en cada etapa de crecimiento y madurez. Aglutina todos los espacios organizativos, celebrativos, reivindicativos. Destruye fronteras y convoca en la mesa de la solidaridad a gentes sin distingos de clase, raza, lengua, cultura. Es campanada de comunión y participación.
Jesús va camino a Jerusalén. Es su meta. El grito triunfal de hoy, mañana se traducirá en muerte. Todos los condenados de la tierra han padecido este doblez humano: Pasar de la exaltación al rechazo, de la gloria al vituperio. ¡Tan efímeros los aplausos! Sólo queda la opción radical sin atuendos, sin oropeles, como Jesús en su Pasión.


Cochabamba 05.04.09