II Domingo de Pascua, Ciclo B
Juan 20,19-31:
Comunidades pascuales

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

El evangelio nos propone una alternativa. Vivir en comunidad. Comunidades testimoniales, fraternas, solidarias. Es la expresión que identifica al hombre nuevo. El engendrado en el bautismo. Un ser comunional. La identidad cristiana parte de esta base simple: Somos comunidad o no somos cristianos. La meta es la comunión.
Los Hechos nos describen, en pincelada generosa, la primera comunidad cristiana. Allí no había pobres. Su riqueza estaba en compartir. Esto no excluye ni debilidades ni heridas. Partimos de esta aceptación gozosa: Nuestra limitación, necesidad, pobreza. Muchas veces, tras las heridas, se esconden riquezas infinitas de generosidad y entrega total.
Juan en su Primera Carta nos hace un planteamiento desafiante: La fe al servicio de la vida. Creer para vivir. Y vivir de tal manera que la fe exprese nuestra vitalidad, gozo, plenitud. Si creemos, la vida se nos plantea como ofrenda, conquista, pasión, realización. Fe y vida van juntas, se plenifican, y tienen su hábitat germinal en la comunidad.
Tomás había dejado su comunidad. Se aísla. Pierde el vínculo relacional, comunional. Su fe se debilita. Pierde la visión, el encuentro, la paz. Sólo en el reencuentro retoma el rumbo, la comunión, la fe. Pero este reencuentro es salvador. Nos da la oportunidad a todos/as de retomar el camino que, entre tropiezos, nos hace encontradizos con la comunidad pascual.

Cochabamba 19.04.09