XV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 6, 7-13:
Discipulado y Misión

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy  

 

 

¡Dar buenas noticias! Es casi imposible hacerlo en este tiempo. Todo se nos torna tan gris, tan obscuro, sin sabor y sin alago. Los templos del mercado, sus sacerdotes y sus ritos nos niegan el espacio de la alegría, del gozo. Allí no hay buenas noticias. Todo es consumo, egoísmo, pasión posesiva. Y esto deja un no sé qué de amargura.

 Al Profeta Amós se le prohíbe dar su mensaje en Betel. Es el santuario de la oficialidad cortesana. Amós se la juega en un todo y por todo. Se sabe llamado, agarrado por Alguien que le saca de su hábitat ordinario y lo lanza a una tarea de la cual no podrá sustraerse. Su anuncio va en contravía de lo institucional. Auténtica vocación de discípulo y misionero.

Jesús envía a sus discípulos a la Misión con un mandato profundamente liberador: Rescatar, sanar, purificar. Dar a la persona su puesto en la sociedad a partir de su dignificación. Pero apela más a la fuerza del evangelio que a la destreza de los medios. No es asunto del poder sino del testimonio, inserción profunda en el caminar pobre del pueblo.

Jesús llama y envía. A quien envía le toca marcharse, salir, dar pasos, avanzar. No hay mapas de ruta preestablecidos, ni documentos que multipliquen  discusiones. Se requiere el despojo que libera y agiliza la marcha. Detenerse es tergiversar el envío, suprimir los riesgos de la Misión y enterrar el futuro.

Cochabamba 12.07.09