XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 9, 30-37:
Vida en comunidad

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy    

 

La vida cristiana tiene su hábitat propio en la comunidad. Quien no participa, comparte, vive y celebra su fe en ambiente de comunidad, no puede llamarse cristiano o cristiana. Su religiosidad, su espiritualidad son pura farsa. O un mero acomodo a situaciones sociales, envueltas siempre en meras apariencias o cumplimientos convencionales.

La liturgia de la Palabra denuncia hoy tres actitudes que atentan contra la vida comunitaria: La lucha por el poder, la envidia y el ataque sistemático a todo signo profético. Los apóstoles también sucumbieron a la tentación del arribismo, del “carrerismo”, ulceras cancerígenas dentro y fuera de la Iglesia y síntomas de desgaste en toda institución.

La envidia por género es femenina. Santiago denuncia su maridaje con la ambición. Ambas corroen, de una manera sistemática, incontrolada y terminal, la vida de nuestras comunidades, sean mixtas o del género que sean. Atacan con mayor virulencia estamentos religiosos y, en política, se manifiestan a través de los tejemanejes de la corrupción.

El libro de la Sabiduría desenmascara los planes de todos los sanedrines contra la vida, palabra y testimonio del Profeta. No es fácil hoy esta lectura. Pareciera decir con nombres propios a los detractores, impugnadores controversiales de la verdad. Sobre todo, cuando la verdad se expresa desde la cruz. Ni los apóstoles entendieron a Jesús este modo de hablar.

20.09.09

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