XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48:
Prohibido Prohibir

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy    

 

La llamada “Revolución de Mayo” en Paris del año 68, siglo pasado, recreó entre sus grafitis, éste de “Prohibido prohibir”. Encontramos una gran coincidencia hoy entre el evangelio de Marcos y la lectura de los Números: “No se lo prohíban”. Jesús y Moisés abren las compuertas del Espíritu a quienes intentan aprisionarlo, manipularlo.

Sectarismo, fundamentalismo, proselitismo, palabras siniestras, con las que se compran conciencias, e invaden instituciones, partidos, grupos humanos. La fuerza de la negatividad se ha abierto camino y el No se ha convertido en slogan y arma de fuego para quienes aprisionan la verdad, monopolizan el Espíritu en función de intereses nada claros.

“¡Ojalá todo el Pueblo fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!” Responde Moisés al joven Josué. Y a Juan que ya había prohibido a alguien por no ser de los “nuestros”, el Maestro le ordena categóricamente: “No se lo impidan”. A nombre de la Iglesia, a nombre del evangelio, jamás podemos condenar a nadie, jamás podemos excluir.

La página de Santiago es contundente: Los ricos son la causa de la pobreza del pueblo. La riqueza acumulada constituye el escándalo más aberrante de nuestra historia. “¡Ay de quienes causan escándalo!” proclama el evangelio. No es invento de marxistas o socialistas, es el evangelio quien lo dice a pulmón abierto. Aquí no cabe ninguna disculpa.

Cochabamba 27.09.09

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