IX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mateo 7, 21-27: Edificar sobre roca

Autor: Padre Jesús Martínez García

 

 

“El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica es como un hombre necio que edificó su casa sobre arena: Cayó la lluvia, llegaron las riadas, soplaron los vientos e irrumpieron contra aquella casa, y cayó y fue tremenda su ruina” (Mt 7, 26-27)


En nuestra vida tenemos una tarea, una única tarea primordial: la santidad. Se trata de ir como construyendo una casa que permanezca tras el terremoto tremendo que supone la muerte. Tras ese suceso se verá qué es lo que cada uno había estado edificando y cómo lo había hecho. En cuanto al fundamento, ya san Pablo dice que es Cristo (1 Co 3,11). Ser cristiano es vivir con Cristo y vivir como Él vivió. A ese modelo hemos de parecernos. Nuestra libertad son las manos con las que vamos construyendo.


Pero no hay que olvidar que el artista no debo de ser yo, sino el Espíritu Santo, porque la santidad no es algo que uno logre por sus propias fuerzas. El Espíritu Santo está en nosotros y guía suavemente nuestra alma con sus amorosas inspiraciones para que también nosotros realicemos las obras que el Padre celestial desea. En parte, lo que Dios quiere es que hagamos lo que tenemos que hacer: el trabajo bien realizado, pensar en los que nos rodean, etc.; pero también nos sugiere que hagamos cosas que podríamos no hacer o que no haríamos por nuestro gusto, que mejoremos en un aspecto, que vayamos más de prisa en otro, que hablemos de Dios a tal persona, etc.


Obedeciendo al Santificador hacemos lo mejor –con el tiempo se descubre que es así–, pero sobre todo nos estamos santificando porque Él nos santifica. Al final es lo que queda para la vida eterna.


¿Cuándo me daré cuenta, Señor, de que no estoy en la tierra para hacer cosas –aunque sean buenas–, sino para hacer lo que Tú quieres? Que no se trata de construir el edificio a mi gusto, sino al gusto tuyo. ¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!, dime qué deseas que haga para realizarlo, porque tus sugerencias son para mí mandatos.