I Domingo de Cuaresma, Ciclo A

Mateo 7, 21-27: Edificar sobre roca

Autor: Padre Jesús Martínez García

 

 

“Y acercándose el tentador le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. El respondiendo dijo: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios” (Mt 4, 3-4)


Para vivir según la Palabra de Dios es necesario escucharla con detenimiento, enterarse de su verdadero sentido y asimilarla en el corazón. Entonces es luz que nos hace ser realistas, con el realismo de Dios, es decir, nos hace entender con las coordenadas de la fe, la esperanza y la caridad. Así acertamos en nuestros juicios y a la hora de actuar. El diablo es un profesional de la tentación y sabe que, quien se mueve sin la orientación del Espíritu Santo que se manifiesta en la doctrina del Magisterio y en los consejos de la dirección espiritual, actuará por intuiciones, por lo que mejor le parece a él –el subjetivismo– o por lo que más le apetece. Y con esos criterios es fácil que el hombre se equivoque, casi sin que le tiente el diablo, llegando incluso a interpretar torcidamente la Escritura santa.


Necesitamos de buenos libros que orienten bien nuestra oración, no cualquier novedad o curiosidad; necesitamos la doctrina de la Iglesia clara, sin opiniones, sin dudas o discusiones; necesitamos conocer las razones serias de por qué la Iglesia enseña tal o cual verdad; necesitamos el Pan de la Palabra sin adulteraciones: el pan, pan, y el vino, vino. ¡Qué alimento tan estupendo la Liturgia de las Horas, los textos de la Liturgia eucarística y de los demás sacramentos! ¡Qué bien nos viene contemplar la Persona y los hechos de Jesucristo en su paso por la tierra! ¡Qué riqueza encierran los escritos de los Santos comentando la Palabra de Dios!


Señor, cuánto nos has hablado, cuántas cosas nos has dicho en la Sagrada Escritura, a través de tu Iglesia y de los escritos de los santos. Quiero ir a beber a esas fuentes, quiero comer de ese pan, de ese alimento que salta hasta la vida eterna y me ayuda a caminar en la verdad, en tu verdad.