XXXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mateo 23, 1-12: El primer mandamiento

Autor: Padre Jesús Martínez García

 

 

““Los escribas y fariseos... Haced y cumplid todo lo que os digan, pero no hagáis según sus obras, porque ellos dicen y no hacen...; hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres” (Mt 23, 3-6)


No es infrecuente encontrarse con personas que hablan y hablan de los males que aquejan a la sociedad, de la dificultad de orientar a los jóvenes, de la falta de vocaciones,... Son lamentos estériles que no construyen, que, incluso, sirven para crear malestar. Ya lo dice el refrán: «La rueda rota es la que más chirría». Se dice que hay que ser realistas, estar al tanto de los sucesos y de las circunstancias, y eso es bueno. Lo que no es bueno es poner el dedo en la llaga y no hacer nada por su parte para solucionar los problemas: decir y no hacer. En las personas que se pasan la vida quejándose se realiza aquello de: «Dime de qué presumes, y te diré de lo que careces».


Muy distinta es la vida de los que trabajan con realismo y discreción, pues no tienen tiempo para hacer cábalas; y aunque no vean los resultados a corto plazo, y aunque conozcan con realismo cómo está el ambiente, saben que es el trabajo, la ilusión y, sobre todo, la fe en la ayuda de Dios lo que hace que cambien los corazones y se transformen las instituciones. Quien es de tal modo “objetivo” que no ve solución a los problemas ni ningún lado positivo, en el fondo no es realista, sino un “cenizo pesimista corrosivo” que justifica su inoperancia y su ineficacia con teorías y lamentos.


Señor, auméntanos a todos la fe, la esperanza y la caridad para que veamos las personas y los sucesos como Tú los ves, que cuentas con el tiempo y las adversidades para mejorar a las personas, y que tienes tus previsiones –tu Providencia–.
Que entendamos los verdaderos signos de los tiempos como llamadas que Tú nos haces para que trabajemos más y mejor, y danos la ilusión para que vayamos al ritmo que Tú esperas. Haremos las cosas para Ti, solamente por Ti, aunque no lo vea nadie en este mundo. ¿Y los resultados? Los resultados los dejamos en tus manos.