Domingo de Pascua de Resurrección, Ciclo C

Juan 20, 1-9: Domingo de Resurrección

Autor: Padre Joaquín Obando Carvajal

 

 

Comentario:


Juan 20, 1-9: Domingo de Resurrección
La resurrección no es un acontecimiento del pasado que, con entusiasmo, recordamos y celebramos cada año en Pascua. Es una realidad actual y presente. Cristo resucitado no está enmarcado en unas coordenadas de espacio y tiempo. Las ha superado. Por eso afirmamos la resurrección y hablamos de ella en presente.

Es el acontecimiento central de nuestra fe y constituye el fundamento de nuestra esperanza de la liberación total. Repetimos una y otra vez: ¡Cristo, vive! Y cantamos: ¡Aleluya, Aleluya! La resurrección de Cristo hemos de vivirla como una experiencia presente que ilumina y renueve la existencia. Cristo está hoy vivo, resucitando nuestra vida.

La resurrección de Cristo pone de manifiesto que Dios es alguien que pone vida donde los hombres ponemos muerte. Nunca la humanidad se ha sentido amenazada de muerte por tantos frentes que ella misma ha desencadenado: guerras, violencia, opresión, marginación, explotación, hambre, aborto, genocidios de tantos pueblos… Todo negación de la vida y de la persona.

Rompiendo esta sombra de muerte irrumpe con fuerza la luz de la vida, porque Cristo resucita. Resurrección que es lucha por la vida que hay que iniciarla en el propio corazón de los humanos por los caminos de un amor creador, una entrega generosa a los demás, una solidaridad generadora de vida. Por la fuerza del Señor resucitado, el creyente debe vivificar su existencia, resucitar todo lo que se le ha muerto y orientar su energía hacia la vida, superando cobardías, perezas, desgaste y cansancio.

La resurrección de Cristo nos impulsa a mirar el futuro con esperanza. Vivir animados por la fe en la resurrección de Cristo es no permanecer esclavo de las heridas y pecados que ha podido haber en el pasado. Esta esperanza genera una manera nueva de estar en la vida. Todo está en marcha. Todo es marchar hacia la plenitud.

Renovados por la resurrección el creyente se ha de hacer presente allí donde se produce muerte, para luchar contra todo lo que ataque a la vida. Así la resurrección de Cristo es acontecimiento actual, porque quien le sigue es portador de vida y de esperanza liberadora.

La fiesta de pascua es una llamada a despertar en nosotros el coraje, la ilusión, la esperanza cristiana, porque con la resurrección comienza la realidad llena de luz y de alegría de que nos habla el Apocalipsis: “Mirad que hago un mundo nuevo” (Apc 21,5).