IV Domingo de Adviento, Ciclo A

Mateo 1, 18-24: “Enmanuel, que significa Dios con nosotros”

Autor: Padre Joaquín Obando Carvajal

 

 

Comentario:


Mateo 1, 18-24: “Enmanuel, que significa Dios con nosotros”

Entre las figuras típicas del Adviento: Isaías, Juan el Bautista y María, en el evangelio de este domingo aparece la persona de José, figura silenciosa del Adviento. Si los evangelios nos hablan poco de María, menos nos dicen de José, solo es mencionado por Mateo y Lucas en los episodios de la infancia de Jesús.

El asombro, la duda y la perplejidad es la actitud de José ante el estado en que se encuentra María, su esposa. Asombro, duda y perplejidad que le envuelven sin saber qué decisión tomar, porque es bueno y honrado y no quiere denunciar a María. Se encuentra ante una situación inusitada, que no acertaba a encajar en las normas y leyes que regían, en aquel entonces, para estos casos. La situación límite que suscita el drama de José en si cree inocente o culpable a María. La perplejidad al no entender el misterio que encierra la acción de Dios, que María le ha confiado. Todo ello le crea una situación que no tiene fácil salida.

El ángel del Señor será quien le confirme a José que la maternidad de María es obra del Espíritu Santo. Por otra parte, el ángel le comunica la misión que Dios le confía: ser el padre legal del Niño que nacerá de María, su esposa.

José supera la prueba de su fe en el Dios de Israel y se adentra en el misterio del Dios-con-nosotros, fiándose de su palabra.

La figura de José, en esta cuarto domingo, se nos presenta como el modelo de fe ante el misterio que vamos a celebrar. Una fe sociológica y rutinaria solo nos acerca a la periferia de la Navidad. Al misterio de Navidad hay que acercarse con una fe personal y madura nacida de una experiencia religiosa seria y profunda, porque la fe es dejarse penetrar por esa cercanía de Dios y entrar en contacto con el misterio oculto y luminoso del Dios-con-nosotros que irrumpe en la historia humana como niño, haciéndose uno de nosotros en Jesús de Nazaret.

Aceptarlo como tal, tiene mucho de renuncia a toda seguridad palpable. José no busca razones, ni pide pruebas. Se fía de la palabra de Dios, y “se llevó a casa a su mujer”. La fe es aceptar los planes de Dios sobre nosotros con sencillez y confianza, al estilo de José. La fe es respuesta a Dios que llama a vivir en relación filial gozando de su gracia y su favor. Por eso creer es vivir en actitud de conversión continua y progresiva.

La fe es un compromiso con Dios que condiciona toda nuestra vida, con un estilo y un modo de ser que marca toda la persona en toda su realidad.

A las puertas de la Navidad, el testimonio de José es un reto perenne para vivir en plena disponibilidad ante Dios y en apertura fraternal a todo hombre. Cualquier otra forma de entender la fe, es evasión, espiritualismo barato y egoísta.Mateo 1, 18-24