XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48:
“El que no está contra nosotros está a favor nuestro”

Autor: Padre Joaquín Obando Carvajal  

 

“El que no está contra nosotros está a favor nuestro”

La lectura evangélica de cada Domingo no debe quedarse en una mera anécdota más o menos curiosa de la vida de Jesús, sino que debe ayudarnos a amoldar nuestros criterios y nuestra vida a la mentalidad y actuación de Jesús. Esto es ser seguidor de Cristo.

Como seguidores de Jesús no tenemos el monopolio de la verdad y del bien. Fuera del ámbito de nuestras creencias y prácticas religiosas hay mucho de verdad y de bien. Toda persona o grupo humano que se empeñe y colabore en hacer una sociedad más justa y más humana está abriendo caminos al Reino de Dios. Todos los que, de alguna manera, se esfuerzan por dignificar al hombre, luchan por la libertad de los débiles y explotados están en la línea de Jesús lo sepan o no lo sepan, Dios sí lo sabe. Los cristianos no somos los únicos portadores de salvación. Debemos acoger con gozo todos los esfuerzos que se hacen por abrir caminos en la historia de la humanidad que dignifiquen al ser humano y lo liberen de tantas esclavitudes. Caminos que se abren no sólo en la Iglesia, sino también junto a ella y más allá de sus instituciones. Aunque “no sean de los nuestros”, siguen el compromiso de Jesús, por eso “no están contra nosotros sino a favor nuestro”. No solo hemos de ser tolerantes con los que obran el bien, aunque no sean creyentes, hemos de alegrarnos de ello, y que su buen hacer nos sirva de estímulo para ser más coherentes con la verdad que decimos profesar.

Jesús habla del escándalo religioso, de todo aquello que puede desviar o alejar de la fe a los “pequeñuelos que creen” Las palabras de Jesús son duras: “El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valiera que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar”, no se refiere tanto a la corrupción de menores, cuanto a la incoherencia, infidelidades y contradicciones con las que podemos hacer que se debilite o pierda la fe la gente sencilla. Escandaliza todo aquel que con su actuación obstaculiza o hace más difícil la vida digna y humana de los demás.

Un asunto más en el evangelio de este Domingo. La radicalidad que pide el seguimiento de Jesús. En pocas palabras, no se puede andar con medias tintas o con paños calientes. Todo aquello que sea obstáculo en el seguimiento de Jesús y en la búsqueda del Reino, debe ser eliminado de raíz.

Puede extrañar esta radicalidad. Pero si somos sinceros nos daremos cuenta que en la vida muchas veces somos radicales cuando queremos conseguir algo que es de sumo interés y provecho. Si nos asusta esta radicalidad en el ser cristiano es que no hemos entendido lo que es seguir a Jesús y las exigencias de nuestra fe, que no es una aceptar unas verdades, sino llevar una vida conforme al Evangelio. Por desgracia nos conformamos con seguir tirando, y así nos luce el pelo.

El córtatelo y el sácatelo es un fuerte aldabonazo que nos debe despertar de nuestra mediocridad y nos lleve a una actitud más sincera y generosa, lo que nos hará ser más auténticos en nuestra realidad de creyentes. Es cuestión de entender bien de qué va la cosa, sabiendo que en esta aventura no estamos solos, porque sabemos de quien nos fiamos, que diría san Pablo.

La Palabra de Dios nos va educando, nos ayuda a confrontar nuestra escala de valores con la mentalidad de Cristo. Es incómodo, pero es necesario, para que no conformemos nuestra vida cristiana según este mundo, sino según la voluntad de Dios que nos enseña Jesús.