Domingo VI del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

   

ü    Lecturas:

o       Profeta Jeremías 17, 5-8

o       Primera carta de San Pablo a los Corintios 15, 12.16-20

o       Lucas 6, 17.20-26

 

ü     La liturgia de hoy propone a nuestra consideración un tema que ha preocupado a la humanidad desde sus orígenes. Se trata de la felicidad, máxima aspiración de los seres humanos:

o       Todos buscamos la felicidad. Ahora bien, cada uno, dependiendo de la educación recibida y de los valores que haya interiorizado, escoge su propio camino para obtenerla.

o       Cada persona tiene su manera particular de caminar en pos de la felicidad; por eso es posible compartir experiencias, pero no se puede  imponer un modelo, ya que no existe una fórmula de validez universal para obtener la felicidad.

o       El texto del evangelista Lucas tiene una propuesta de felicidad muy particular, que va en sentido contrario de lo que la sociedad propone.

o       Esta propuesta cristiana de felicidad es conocida bajo el nombre de “bienaventuranzas”, las cuales aparecen en los evangelios de Mateo y de Lucas, aportando cada evangelista   algunos énfasis particulares pues ellos escribieron pensando en las comunidades a las que iban dirigidas sus enseñanzas.

o       Mateo presenta ocho bienaventuranzas; Lucas propone cuatro, las cuales son complementadas por cuatro imprecaciones o amenazas, que contrastan con las bendiciones precedentes.

o       En el evangelio de Mateo, las “bienaventuranzas” son anunciadas en una montaña – por eso se habla del “sermón del monte” -.  En Lucas, el anuncio de las bienaventuranzas se hace en una llanura; dice el texto de Lucas: “en aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo”.

o       Este escenario concreto, en la llanura, quiere mostrar que Jesús ha venido para las personas sencillas, para los pobres, con los que quiere compartir su vida. Las bienaventuranzas  que aparecen en el evangelio de Lucas tienen un hondo contenido social.

 

ü     ¿Cómo entender las palabras de Jesús “dichosos los pobres, dichosos los que tienen hambre, dichosos los que lloran”?

o       Estas palabras fueron pronunciadas hace dos mil años y desde entonces son motivo de polémica.

o       Es evidente que Jesús no proclama “dichosos” a los pobres por el hecho de ser pobres. Tampoco se puede pensar que la pobreza sea un ideal que hay que buscar.  Todo lo contrario, es un mal que hay que erradicar. Sería una bofetada para millones de seres humanos que no tienen satisfechas sus necesidades básicas.

o       La felicidad de los pobres radica en que ha llegado para ellos el reino de Dios; ellos son sus  destinatarios privilegiados.

 

ü     ¿Cómo interpretar las duras palabras que Jesús pronuncia contra los ricos?

o        No se trata de una condena moral de los bienes materiales, como si la abundancia fuera contraria al plan de Dios. Lo que condena es la ambición desenfrenada, la inequitativa distribución de la riqueza, la explotación de los trabajadores.

o       Hay personas que absolutizan los bienes materiales, los cuales dejan de ser simples medios para convertirse en un fin. Hay quienes hacen de la acumulación del dinero la meta de sus vidas. Como son unos egoístas, incapaces de compartir, creen que pueden comprar el amor de la pareja mediante costosos regalos. Como no tienen tiempo para sus hijos, tratan de comprar su afecto con una chequera prácticamente ilimitada. La falta de comunicación con la pareja y con los hijos no se suple con dinero. Ya lo expresó sabiamente el pasodoble español: “el cariño verdadero ni se compra ni se vende”.

o       Las duras críticas del evangelista Lucas van dirigidas contra aquellas personas que creen que con el dinero pueden comprarlo todo: el amor, el reconocimiento social, el poder político, el dictamen de los jueces, etc.

o       Algunos piensan que con el dinero pueden comprar la vida eterna. Conocidos mafiosos han hecho donaciones importantes a obras sociales, como si la nobleza de las causas humanitarias  lavara la sangre que hay detrás de estas fortunas sucias. Algunos de estos personajes piensan que Dios, justo juez, ha olvidado las tragedias que tratan de ocultar estos gestos filantrópicos...

ü     Es hora de terminan nuestra meditación dominical, que ha tenido como tema de inspiración las “bienaventuranzas”, en la versión del evangelista Lucas. Que el contenido social de esta propuesta nos haga revisar nuestra escala de valores; que demos más importancia al ser que al tener. La avidez por las cosas materiales nos puede conducir a sacrificar valores superiores como son la familia, la salud, el sentido de ciudadanía, la tranquilidad de conciencia.