Domingo IV de Pascua, Ciclo A
Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.
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Lecturas:
o
Hechos de los
Apóstoles 13, 14. 43-52
o
Apocalipsis
7, 9. 14b-17
o
Juan 10,
27-30
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La liturgia
de este IV Domingo de Pascua gira alrededor de la figura del buen pastor. Para
los cristianos de los dos primeros siglos, esta era la representación preferida
de Jesús. Por eso encontramos reproducida esta imagen en numerosos templos y
sarcófagos.
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En este domingo, la Iglesia nos invita a orar de manera
especial por las vocaciones
para que el Señor continúe acompañando a las
comunidades con excelentes sacerdotes que den testimonio de la buena noticia de
Jesús resucitado.
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En este
relato evangélico que hemos escuchado, Jesús dice que él no es un asalariado
sino que es pastor dispuesto a dar la vida por las ovejas. Estas palabras
pronunciadas hace dos mil años, ¿qué dicen a las comunidades eclesiales de hoy?
o
Estas palabras sugieren que ejercer el sacerdocio es mucho
más que
desempeñar un oficio o profesión. La vida de un
profesional se lleva a cabo dentro de un horario en el cual cumple con unas
obligaciones, y fuera de ese horario atiende otras actividades que foman parte
de su vida privada, las cuales nada tienen que ver con sus clientes ni pueden
ser supervisadas por jefes o compañeros de trabajo.
o
El sacerdote no debe ser visto como un profesional más que
escogió este camino por iniciativa propia; el sacerdocio debe ser visto como una
respuesta libre a una invitación de Dios. Además el sacerdote no puede
establecer
un corte entre sus actividades puramente profesionales y
su vida privada ya que toda su vida es pública y está sometida al escrutinio de
la comunidad.
o
De ahí la enorme responsabilidad de los Rectores de
Seminarios y de los Superiores de Comunidades Religiosas en cuanto al examen de
los candidatos. Deben explorar muy cuidadosamente sus motivaciones de manera que
no "se cuelen" personas que no están siguiendo un llamado de Dios sino que están
buscando otros objetivos (por ejemplo, tener acceso a una educación superior,
ascender socialmente, garantizar una seguridad económica a su familia,
huir de situaciones amenazantes, escapar de
problemas afectivos no resueltos, etc.)
o
Cuando estos
personajes que no tienen una auténtica vocación alcanzan el sacerdocio, se causa
un enorme daño al pueblo de Dios porque no dan un testimonio de coherencia entre
el mensaje que anuncian y la vida que llevan. Oremos, pues, para que no se
equivoquen quienes hacen los procesos de selección a la vida sacerdotal.
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En esta
fiesta del buen pastor, oremos para que los candidatos al sacerdocio y los que
ya lo son cultiven una sólida vida interior a través de la oración y el estudio:
o
Preguntémonos
cuáles son las razones por las cuales tienen éxito en su ejercicio profesional
médicos, ingenieros, contadores, etc. Su éxito es el resultado de una
combinación de factores: sólida formación profesional, responsabilidad, ética
profesional, relaciones interpersonales, etc.
o
Cuando pensamos en el ministerio sacerdotal, además de los
elementos comunes que comparte con el ejercicio exitoso de otras profesiones,
encontramos un elemento absolutamente original: en último término, el éxito de
la actividad de un sacerdote no depende de lo que haga sino de la acción de Dios
en el corazón de los hombres. El éxito de su gestión no se mide por indicadores
cuantitativos (por ejemplo, misas celebradas, matrimonios presenciados,
bautizos).
Sólo Dios puede evaluar esa gestión.
o
El sacerdote
es simple instrumento de la obra de Dios; la eficacia depende de la gracia. De
ahí la importancia de alimentar las actividades sacerdotales de una oración
profunda para que Dios pueda manifestarse a pesar de nuestras limitaciones y
miserias.
o
En el ministerio sacerdotal no debemos proponer nuestras
teorías personales sobre diversos asuntos
de la vida de la sociedad. Nuestra misión es
explicar la Palabra de Dios tal como ha sido consignada en la Biblia y ha sido
enseñada por la Iglesia. Por eso la predicación
debe estar precedida de la oración y del estudio
serio.
o
Cuando un
sacerdote hace una catequesis o pronuncia una homilía o prepara a un grupo para
la recepción de un sacramento debe estar muy atento para que los conceptos que
expresa sean precisos, comprensibles y relacionados con la vida real de las
personas. La claridad pedagógica es un componente esencial del ministerio
sacerdotal. Lamentablemente hay sacerdotes que toman a la ligera el Ministerio
de la Palabra y sus presentaciones parecen sacadas de la revista Vanidades o de
Cosmopolitan... ¡Grave irresponsabilidad!
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En el
evangelio de hoy, Jesús dice que conoce a sus ovejas y que ellas lo conocen.
Esta sencilla imagen, tomada de la vida campesina, ¿qué sugiere para la vida de
nuestras comunidades?
o
Los
sacerdotes no pueden establecer con sus comunidades relaciones puramente
burocráticas que se limiten a llenar unos formatos y a firmar unos certificados.
Hay que compartir los gozos y esperanzas, tristezas y proyectos de las personas
y grupos con los cuales vivimos. De ahí que el sacedote debe conocer a sus
feligreses y éstos a él. En este proceso, la iniciativa debe venir de las dos
partes para abrirse de manera desprevenida.
o
Las amistades
entre los sacerdotes y los miembros de la comunidad deben ser profundamente
respetuosas, sin intromisiones en la privacidad, reconociendo la autonomía
propia de los laicos, sin ambiguedades afectivas, sin manejos de poder y sin
buscar ventajas económicas... En una palabra, relaciones transparentes.
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En el evangelio de hoy, Jesús dice: "tengo otras ovejas
que no son de este redil; también a esas las tengo que atraer". A través de
estas expresiones aparentemente ingenuas, Jesús
está denunciando todas las formas de
discriminación. Las puertas de la Iglesia y el corazón de los sacerdotes deben
estar abiertos para todas las personas de buena voluntad sin exclusiones. Deben
desaparecer las discriminaciones por razones de partidos políticos o por
ideología, por la orientación sexual
o por los vínculos jurídicos que puedan unir a las
parejas y a las familias. Tomemos en serio
aquello de "tengo otras ovejas que no son de este
redil; también a esas tengo que atraer".
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Es hora de terminar nuestra meditación dominical en esta
fiesta del buen pastor, en la que hemos orado por las vocaciones sacerdotales.
Que esta
jornada sea ocasión para reflexionar sobre las relaciones
entre los sacerdotes y sus comunidades.