XI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

ü  Lecturas:

o   Éxodo 19, 2-6ª

o   Carta de San Pablo a los Romanos 5, 6-11

o   Mateo 9, 36 – 10,8

 

ü El evangelio de hoy es el inicio del discurso apostólico de Jesús, en el cual presenta a sus seguidores  un primer esbozo del significado de la misión, que es la clave para comprender la identidad y la agenda de la comunidad eclesial en el mundo actual. Este tema, que se inicia hoy, será desarrollado en las próximas eucaristías dominicales.

 

ü En el texto del evangelista Mateo que acabamos de escuchar, podemos distinguir tres partes: en primer lugar, se plantea la urgencia de la misión por la situación en la que se encuentra la comunidad; en segundo lugar, los discípulos  reciben una misión y son designados por sus nombres; en tercer lugar, les da unas instrucciones muy precisas sobre las actividades que llevarán a cabo.

 

ü El texto empieza contándonos que Jesús “al ver a la multitud sintió compasión por ellos, porque andaban extenuados y abatidos”:

o   Para hacernos comprender el por qué de la compasión  de Jesús, el evangelista utiliza dos imágenes, una tomada de la ganadería y otra tomada de la agricultura: “estaban como ovejas sin pastor” y “la cosecha es abundante pero los operarios son pocos”.

o   Jesús lamenta que no exista un líder religioso que cohesione a la comunidad; sus miembros están dispersos y vagan sin rumbo. En aquel momento de su historia, Israel padecía una grave crisis de liderazgo y su identidad se encontraba amenazada por el poder romano. Jesús percibe el agotamiento y la desesperanza de los judíos piadosos.

 

ü Como respuesta a esta situación de abandono, Jesús decide enviar a sus discípulos para que acompañen a la comunidad:

o   Se comporta como el dueño de la mies, que debe tomar medidas urgentes y envía a sus más cercanos colaboradores.

o   Llama la atención que cada uno de ellos sea mencionado por su nombre, dando particular relieve al liderazgo de Pedro, quien será el primer Vicario de Cristo.

o   No se trata, pues, de una tarea masiva, confiada a un colectivo. Es una misión personalizada, en la que cada uno aporta su historia personal, sus cualidades y limitaciones. La vocación es personal, pues cada uno de nosotros es único e irrepetible, con una misión específica  de cuyo cumplimiento tendremos que rendir cuentas ante Dios.

 

ü Enseguida da unas instrucciones muy precisas: les dice a quiénes deben dirigirse y qué deben hacer:

o   No van por iniciativa propia, sino que lo hacen enviados por el dueño de ese cultivo.

o   En esta primera etapa, el anuncio del Reino se focalizará en los judíos; después de la resurrección, el anuncio se abrirá a todos los pueblos.

o   La buena noticia estará respaldada por unas acciones en favor de las personas que sufren: “curen a los enfermos, resuciten a los muertos, sanen a los leprosos, expulsen los demonios”.

o   Además les prohíbe hacer negocio con las curaciones, resurrecciones, sanaciones y expulsiones. “Den gratis lo que gratis recibieron”.

o   Uno de los comportamientos que más escandaliza a la comunidad es el lamentable espectáculo de  sacerdotes que hacen negocio con su ministerio  para beneficio propio.

o   La ruptura de la unidad de la Iglesia con Lutero y sus seguidores se produjo, en gran parte, como una reacción contra el pecado de simonía, que estaba muy extendido en ese momento. La simonía consiste en la compra – venta de altos puestos en la jerarquía de la Iglesia y hacer negocio con las cosas espirituales, tales como la venta de indulgencias, etc. Esto se vivió con particular intensidad en los siglos XV y XVI.

 

ü La tarea que Jesús confía a sus discípulos y a cada uno de nosotros tiene sus particularidades:

o   Se trata de anunciar la buena noticia de que Dios nos ama, nos hace sus hijos y nos comunica su vida divina a través de Jesucristo.

o   Este anuncio lo debemos hacer a través de la palabra y del testimonio personal de vida. No se puede confundir la evangelización con el proselitismo sectario ni con el mercadeo que busca atrapar clientes a través de descuentos y regalos. Es una invitación respetuosa que evita las presiones.

o   La evangelización no consiste en un marco teórico sobre el Reino de Dios; es un mensaje que busca tocar las fibras  más íntimas de las personas, transformando su manera de pensar y de actuar. Por eso se afirma que la acogida de la propuesta de Jesús exige una conversión de los corazones y de las estructuras de pecado.

o   El anuncio de esta buena noticia es la razón de ser de la existencia de la Iglesia y debe ser asumida por cada uno de nosotros.

 

ü Es hora de terminar nuestra meditación dominical. Vivimos en medio de una sociedad agobiada por graves carencias. Jesús nos envía hoy, como lo hizo hace dos mil  años con sus discípulos, para llevar una palabra de esperanza. Asumamos nuestro compromiso evangelizador  en el entorno familiar, en nuestras actividades económicas y laborales, y como miembros de la comunidad.