II Domingo de Adviento, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

 

ü Lecturas:

o   Profeta Isaías 62, 1-5

o   I Carta de San Pablo a los Corintios 12, 4-11

o   Juan 2, 1-11

 

ü La liturgia de hoy propone a nuestra consideración la escena de las Bodas de Caná. Se trata de la primera actuación pública de Jesús, su presentación oficial ante la comunidad. Llama la atención que esta “première de gala”  tenga lugar en el ambiente festivo de una boda.

 

ü Para comprender el alcance de la actuación de Jesús, debemos situarnos dentro de las costumbres sociales de la época:

o   La celebración de una boda constituía un acontecimiento dentro de la comunidad (no tenía las connotaciones fuertemente individualistas de nuestra época). En una sociedad como la israelita, con una acendrada conciencia comunitaria, la constitución de un nuevo grupo familiar era motivo de fiesta.

o   Los familiares y amigos celebraban durante una semana, y durante este periodo, los invitados comían, bebían y bailaban por cuenta del novio, quien debía  prepararse cuidadosamente para que no faltara nada. De lo contrario, sería objeto de las burlas de sus vecinos y conocidos.

o   Pues bien, en la fiesta a la que Jesús y sus discípulos son invitados, el vino comienza a escasear. Y se encienden las alarmas.

 

ü Nos dice el evangelista Juan: “Esto que Jesús hizo en Caná de Galilea fue la primera de sus señales milagrosas. Así mostró su gloria y sus discípulos creyeron en Él”:

o   Ciertamente, Jesús sacó de un apuro a su amigo. El aporte que le hizo a este atribulado novio y anfitrión fue espléndido: ¡600 litros del mejor vino!

o   Sin embargo, su acción no debe interpretarse como un simple gesto de solidaridad con el amigo en dificultades.

o   Dentro del contexto bíblico, un signo no tiene un significado en sí mismo, sino que va más allá y nos descubre una realidad diferente. El texto nos sugiere que la acción de Jesús solo fue conocida por un puñado de personas: el  novio, el organizador de la fiesta, los meseros, María y alguno más… Al novio no le convenía que se divulgara el problema superado.

o   El objetivo de esta señal de Jesús eran los discípulos, que se habían vinculado recientemente al grupo. Por eso el evangelista  Juan nos dice: “Así mostró su gloria y sus discípulos creyeron en Él”

o   Esta será una constante a lo largo de la vida pública de Jesús:  sus señales y prodigios (curación de enfermos, multiplicación de panes, resurrección de muertos, etc.) no son fines en sí mismos sino que tienen una finalidad espiritual, que es suscitar la fe. Jesús no busca aplausos ni reconocimientos sociales.

 

ü Jesús realiza su primera señal en una fiesta. No es una simple coincidencia. Jesús nos quiere dar varios mensajes:

o   El amor de la pareja es hermoso, es bendecido por Dios y debe contar con el apoyo de la comunidad. La presencia de Jesús  en esa boda es una palabra de bendición.

o   El éxito en la realización de un proyecto de pareja es motivo de alegría para la sociedad y para la Iglesia, así como su fracaso es causa de duelo.

o   La multiplicación del agua en vino nos está diciendo que Dios quiere que vivamos con alegría, que celebremos, que compartamos. La tristeza corroe el corazón y nos roba la energía vital. Ahora bien, la celebración – como todo lo demás – debe ser realizada con moderación. Los excesos conducen a comportamientos lamentables y de consecuencias imprevisibles.

o   Debemos desterrar una visión  melancólica y triste de la religión. Los que creemos en Dios y reconocemos a Jesucristo como nuestro Salvador debemos  sonreír y mirar con optimismo el presente y el futuro.

 

ü En esta escena de las Bodas de Caná, María es protagonista principal:

o   Llama la atención que el evangelista Juan nunca la llama por su nombre “María”, sino que se refiere a ella como “la madre de Jesús”

o   Así pone de manifiesto que la vinculación con Jesús es la misión de esta mujer y su título más sublime. Ella lo concibió en sus entrañas, lo cuidó durante la niñez y la adolescencia, lo familiarizó con las prácticas de los judíos piadosos. Este momento de las Bodas de Caná marca el tránsito, en la vida de Jesús, de lo privado a lo público, de la vida de hogar al servicio a la comunidad.

o   Detengámonos un momento a observar cómo actúa María dentro de la fiesta: su presencia  es discreta, está pendiente de todo, se da cuenta de la angustia del novio ante la escasez de vino, comunica a Jesús su observación sin formular ninguna petición; simplemente dice: “Ya no tienen vino”, y deja en sus manos la decisión.

o   Al leer los evangelios vemos cómo María está presente en los comienzos de la vida pública de Jesús; después desaparece silenciosamente, lo cual no significa que se desentendiera de la actividad  evangelizadora de Jesús; y vuelve a hacerse presente al final, en el drama de la Pasión.

 

ü ¿Cómo reacciona Jesús ante el comentario de María?

o   La respuesta parece un poco brusca: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”

o   Sus palabras no deben interpretarse como una descortesía hacia su madre. Simplemente le recuerda cuál es la prioridad absoluta que inspira todas sus acciones, que es cumplir la voluntad del Padre.

ü Es hora de terminar esta sencilla meditación dominical  sobre las Bodas de Caná.  Su presencia en una boda es bendición y santificación del amor humano. Quiere compartir las alegrías y celebraciones humanas. La actuación de María nos hace tomar conciencia de  su sensibilidad ante las carencias humanas y de su papel de intercesora ante su Hijo.