XIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J. 

 

ü  Lecturas:

o   I Libro de los Reyes 19, 16b. 19-21

o   Carta de san Pablo a los Gálatas 5, 1. 13-18

o   Lucas 9, 51-62 

ü En los posgrados de Administración de Empresas está muy extendida la metodología del estudio de casos, que consiste en analizar problemas concretos de empresas reales; los alumnos, guiados por su profesor, analizan por qué se presentó  esa situación  particular, cómo se manejó, qué soluciones se propusieron y qué resultados se obtuvieron. Y así, a partir de estos ejemplos concretos, van elaborando conceptos y conclusiones más amplias.  

ü Pues bien, podemos afirmar que el relato evangélico de hoy, tomado del evangelista Lucas, nos presenta tres  casos en los que el común denominador es el seguimiento de Jesús. 

ü Posiblemente estos tres encuentros tuvieron lugar en momentos distintos del ministerio del Maestro. Pero el evangelista los presenta como si se hubieran presentado durante el viaje de Jesús a Jerusalén. Y lo hace para que sea más impactante esta reflexión sobre las implicaciones del seguimiento de Jesús. 

ü De manera esquemática, el evangelista  traza las actitudes de cada uno de ellos:

o   El primero expresa con firmeza su decisión de unirse al grupo de los seguidores de Jesús: “Te seguiré a donde quiera que vayas”. Como Jesús desconoce las expectativas que se habían generado en este personaje, le hace caer en la cuenta de que no se trata de una gira turística pernoctando en hoteles de cinco estrellas: “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza”.

o   En los otros dos casos, Jesús toma la iniciativa, pero la agenda de ellos no coincide con la de Jesús pues tienen otras urgencias; uno de ellos le responde: “Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre”; el otro le dice: “Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia”.

o   Jesús les responde de manera tajante: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”, “el que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de los cielos”. 

ü A partir de estos tres casos, tratemos de comprender los alcances del seguimiento de Jesús. Lo primero que debemos precisar es que Jesús no desprecia a la familia ni justifica los sentimientos de indiferencia frente a los seres queridos. Nos está  enseñando  que  seguirlo a Él exige una reacomodación de todas las relaciones sociales, incluidas las familiares, las cuales deben subordinarse a lo más importante que es la construcción del Reino. Estos dos casos nos hacen pensar en las prioridades que impone el anuncio del Evangelio. 

ü Entre las características del seguimiento de Jesús, podemos destacar las siguientes:

o   Es una invitación universal que no excluye a nadie; los Evangelios nos muestran, como compañeros de Jesús, a personas  cuyo  pasado tormentoso no fue motivo de exclusión.

o   El seguimiento de Jesús no tiene prerrequisitos que deban ser atendidos antes de responder ni hay filtros que impidan el acceso de determinadas personas. La conversión del corazón es la llave que permite el acceso.

o   Es radical; no es posible seguir a Jesús si nos reservamos alguna parcela de la vida que no se compromete. Esto significa que no es posible un seguimiento de tiempo parcial. Con Jesús hay que optar por el “todo o nada”, sin cortes o segmentos. El seguimiento de Jesús es mucho más que convertirse en socio de un club social o formar parte de un equipo deportivo; es una opción de vida.

o   Nos hace entrar en una lógica muy distinta de la que regula las relaciones humanas; esta lógica diferente se expresa en frases que generan desconcierto: hay que morir para poder vivir, hay que perder para resultar ganadores, hay que dejar que los muertos entierren a sus muertos…  

o   El riesgo se convierte en algo cotidiano porque se renuncia a las seguridades y el apoyo se busca, no en los recursos  materiales, sino en la total confianza en el Señor de la vida.  

ü Este seguimiento de Jesús es, al mismo tiempo, uno y plural:

o   Es UNO porque consiste en acoger la persona de Jesús para que Él sea el criterio para juzgar la realidad y para actuar en la vida diaria; en esto debemos coincidir todos sus discípulos.

o   Y es PLURAL porque existe diversidad de carismas y vocaciones dentro de la Iglesia. Debemos discernir nuestra vocación preguntándonos qué quiere Dios de nosotros, teniendo en cuenta nuestras cualidades y defectos, posibilidades de realización y el servicio a los demás. 

ü Es hora de terminar nuestra meditación dominical. A través de tres casos de encuentros de Jesús con potenciales discípulos hemos ahondado en el tema del seguimiento. Seguir a Jesús es la tarea principal de todos los bautizados; es acogerlo como el fundamento de toda  nuestra existencia; es asumirlo como el punto de referencia para nuestras decisiones; es confesarlo como revelación definitiva del Padre. Estas reflexiones se iluminan cuando recordamos las palabras de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.