Domingo XXV del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J. 

 

ü Lecturas:

o   Profeta Isaías 55, 6-9

o   Carta de san Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27ª

o   Mateo 20,1-16 

ü La meditación que haremos este domingo va a estar centrada en la invitación que nos hace el profeta Isaías, la cual conserva toda su actualidad para el mundo de hoy: “Busquen al Señor, ahora que podemos encontrarlo; llámenlo, que está cerca”. 

ü La búsqueda de un referente trascendente es un elemento central de la cultura, pues en lo más íntimo de nuestro ser está grabada el ansia de absoluto. 

ü Describamos algunos hechos que ocurren a nuestro alrededor y que confirman la dinámica espiritual de nuestra época:

o   Dentro de la Iglesia Católica encontramos grupos, cada vez más numerosos, que quieren avanzar en su compromiso de fe y para ello se reúnen con muy diversos propósitos: profundizar en el conocimiento de la Biblia, orar juntos y compartir la Eucaristía en un ambiente más íntimo, voluntariado a favor de los más necesitados, etc. Nos llenamos de esperanza cuando vemos la acción del Espíritu Santo en medio de la comunidad eclesial.

o   También llama la atención el impresionante crecimiento que han tenido los grupos cristianos. La Iglesia Católica debería reflexionar muy seriamente sobre las causas que explican la migración de muchos católicos hacia estas iglesias. ¿Qué encuentran allá que no les ofrece la Iglesia Católica?

o   Saliendo del ámbito cristiano, es impresionante la fuerza del Islam, dentro del cual las tendencias fundamentalistas se están imponiendo sobre los moderados.

o   Otro fenómeno religioso muy significativo de nuestro tiempo es el atractivo que ejercen las diversas expresiones de la espiritualidad oriental, que parece llenar el vacío interior que sienten millones de seres humanos.

o   A través de estos cuatro ejemplos  (multiplicación de grupos dentro de la Iglesia Católica, Iglesias Cristianas, Islam y espiritualidades orientales), hemos querido  evidenciar la fuerza de la búsqueda religiosa en nuestro tiempo. 

ü Volvamos al mensaje del profeta Isaías, que está dirigido a  hombres y mujeres de todos los tiempos: “Busquen al Señor, ahora que podemos encontrarlo; llámenlo, que está cerca. Mis planes no son los planes de ustedes, ni mis caminos son sus caminos”:

o   En esta búsqueda de los valores religiosos, de la felicidad y del sentido de la vida, podemos seguir pistas falsas. Con frecuencia, los medios de comunicación nos informan de peligrosas manipulaciones de la religión, las cuales tienen perniciosas consecuencias para los que caen en sus redes: ruina económica, explotación sexual, desequilibrios psicológicos, rupturas familiares, suicidios colectivos. Ante la posibilidad de desviarse por senderos peligrosos, es necesario estar atentos.

o   San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas y experimentado consejero espiritual, en sus famosos Ejercicios Espirituales ha diseñado una metodología para la búsqueda continua de la voluntad de Dios a través del discernimiento. 

ü Los invito a que nos detengamos  en este punto: ¿qué significa buscar la voluntad de Dios a  través del discernimiento?

o   Para los creyentes, la existencia del universo y la presencia del ser humano sobre el planeta Tierra no son fruto del azar sino que forman parte del designio amoroso de Dios.

o   En Cristo, Dios Padre  nos ha constituido en sus hijos y herederos y, como tales, nos ha confiado la administración de este mundo; Él quiere que su obra creadora continúe a través del trabajo humano.

o   En el evangelio de este domingo, el llamado a colaborar en la obra creadora se expresa a través de la imagen de la viña; el dueño de este cultivo nos invita a vincularnos a él.

o   ¿Cuáles son las características de esta invitación a colaborar en la obra creadora? Dios nos creó libres  y respeta nuestra libertad; por eso su invitación no nos impone seguir un guión predeterminado; cada uno de nosotros  es invitado a encontrar, a través del discernimiento, su propia ubicación dentro de este plan teniendo en cuenta posibilidades, cualidades y defectos.

o   Podemos, entonces, afirmar que el discernimiento consiste en analizar, de manera serena y objetiva, los valores y antivalores, los beneficios y los riesgos, los pros y contras que habría que asumir en el momento de tomar una decisión sobre el proyecto que queremos realizar en nuestro paso por el mundo.

o   Retomando la imagen campesina del sembrado de uvas, podemos afirmar que los buenos resultados al final de la cosecha dependerán de que se hayan hecho adecuadamente las tareas.

o   En nuestra existencia, larga o corta, debemos prestar un servicio, ser útiles, aportar a la construcción de un mundo más justo y fraterno. 

ü No permitamos que la tarea que realicemos sea asignada por fuerzas exteriores a nosotros y a las cuales nos sometemos pasivamente. Por el contrario, a través del discernimiento preguntémonos cómo podemos contribuir más eficazmente, dentro de nuestras posibilidades, a la buena marcha de la sociedad. 

ü A  través de la oración debemos evaluar cuidadosamente las opciones que hayamos hecho, no sea que nos apartemos del objetivo último, que es la construcción del Reino de Dios. Recordemos las palabras del profeta Isaías: “Mis planes no son los planes de ustedes, ni mis caminos son sus caminos”.