III Domingo de Cuaresma, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

    ü  Lecturas:

o   Libro del Éxodo 20, 1-17

o   I Carta de san Pablo a los Corintios 1, 22-25

o   Juan 2, 13-25 

ü En este III Domingo de Cuaresma, nuestra atención estará fijada en la primera lectura, que se refiere a la promulgación de los diez Mandamientos, en el monte Sinaí. La escena nos resulta familiar porque ha inspirado a literatos y artistas de todos los tiempos. Ahora bien, démosle a nuestra meditación un sabor particular: no nos acerquemos a los diez Mandamientos como una propuesta vivida por el pueblo de Israel hace tres mil años, sino como una herramienta imprescindible para la construcción de tejido social hoy. 

ü La cultura occidental es heredera de la tradición judeo – cristiana. Esto significa que nuestros valores, nuestras creencias, el arte, etc., hunden sus raíces en una experiencia que tuvo como protagonista al pueblo de Israel. Para un ciudadano de hoy, los diez Mandamientos expresan, en su sabiduría, las condiciones de la convivencia humana; proponen, en fórmulas muy concretas, el marco básico para la construcción de comunidad en relación con Dios, con los demás y con el entorno. 

ü Expresan, unas veces en fórmulas positivas – “Amar a Dios sobre todas las cosas” – y otras veces en forma de prohibición – “No matar” -, los puntos de referencia frente a la trascendencia, la familia, la vida, la propiedad, la sexualidad y la afectividad, la honestidad y la justicia. 

ü Los diez Mandamientos son esenciales para regular la conducta humana; la experiencia muestra su validez; y la historia constata el alto precio que se paga cuando se prescinde de ellos:

o   Si la sociedad no reconoce la existencia de un Ser Supremo y se promueve el ateísmo o el laicismo, otros protagonistas sociales querrán ocupar su lugar: el mercado, el Estado, el partido, la revolución. Y esto conduce a la instrumentalización del ser humano. La afirmación de la trascendencia es un muro de contención frente a los abusos de los derechos humanos fundamentales.

o   ¿Qué pasa cuando el mandamiento que nos exige respetar a nuestros padres se convierte en algo insignificante? Esto conduce a que la sociedad considere a los padres y a los abuelos como una carga despreciable; este corte brutal entre los jóvenes y las generaciones anteriores afectará los procesos educativos pues los seres humanos quedan sin raíces, perdidos en un presente que carece de sentido y de valores.

o   El 5° mandamiento, “No matarás”, leído de manera positiva, abre un abanico infinito de acciones en favor de la vida; nos pide proteger a los seres más vulnerables, erradicar todas las formas de violencia, esforzarnos por garantizar la satisfacción básicas para llevar una vida digna, promover la calidad de los servicios de salud, organizar campañas educativas que promuevan un estilo de vida sano y que concienticen sobre el efecto devastador de las adicciones. En nuestra cultura, la protección del medio ambiente entra a formar parte del mandamiento “No matarás” pues está en juego la supervivencia del planeta Tierra.

o   El 6° y el 9° mandamientos se refieren a la sexualidad pues su ejercicio desborda el ámbito de lo privado y tiene profundas implicaciones sociales. Así como la responsabilidad en su ejercicio genera armonía y ayuda a construir familias sólidas, la irresponsabilidad se traduce en niños abandonados, abortos, enfermedades de trasmisión sexual, SIDA, etc.

o   La corrupción es uno de los mayores males de la sociedad y está presente en los sectores público y privado. Por eso debemos volver a esas formulaciones simples de los diez Mandamientos que  nos enseñan el respeto de los bienes ajenos: 7° mandamiento “No hurtar”, y 10° “No codiciar los bienes ajenos”; la codicia y la ambición arrasan con las instituciones y se afecta gravemente el desarrollo de las comunidades; los ejemplos abundan. La ambición desbordada pone en movimiento dinámicas perversas; y por obtener la riqueza  se sacrifican los valores más sagrados: la familia, los amigos, la conciencia…

o   ¿Qué pasa cuando el 8° mandamiento, “No levantar falsos testimonios ni mentir”, pierde su vigencia? Los resultados  son puestos en evidencia por los medios de comunicación, que nos relatan cómo los testigos son manipulados, modifican sus declaraciones para obtener una rebaja en sus condenas, y se genera una enorme confusión en la aplicación de la justicia. 

üConcluyamos nuestra meditación dominical que ha estado centrada en la primera lectura. No veamos los diez Mandamientos como el recuerdo de algo lejano que tuvo lugar en un desértico rincón del mundo. Son los principios básicos que regulan la vida de la comunidad. Cuando la sociedad prescinde de alguno de estos valores esenciales, se produce caos. Por eso debemos educar  de manera que se perciba su actualidad y las nuevas lecturas que hay que hacer de ellos en una sociedad cada vez más compleja y plural.