Domingo XV del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J. 

 

ü Lecturas:

o   Profeta Amós 7, 12-15

o   Carta de san Pablo a los Efesios 1, 3-14

o   Marcos 6, 7-13 

ü Las lecturas de este domingo hacen aportes muy significativos a la misión evangelizadora de la Iglesia pues describen, con precisión, los criterios con que Jesús envió a sus discípulos y narra la difícil experiencia vivida por el profeta Amós:

o   Al reflexionar sobre el evangelio subrayaremos los verbos utilizados pues son muy iluminadores para comprender el alcance de la tarea asignada por el Maestro.

o   En cuanto a la primera lectura, contiene experiencias que deben ser tenidas en cuenta para no caer en las trampas puestas por aquellos cuyos intereses se pueden ver afectados por el anuncio de la Palabra de Dios.

ü Empecemos por el texto del evangelista Marcos. Su lectura nos recuerda los procesos de formación que viven los jóvenes universitarios, que alternan las clases teóricas y el trabajo práctico, y esto  les permite explorar las situaciones que más adelante encontrarán en su ejercicio profesional. Podríamos decir que los discípulos tienen unas prácticas apostólicas supervisadas por el Maestro, las cuales se desarrollan en tres momentos: la inducción, el trabajo de campo y la evaluación.  Hoy fijaremos nuestra atención en la inducción que el Señor les hace, la cual queda claramente  establecida en los verbos que utiliza:

o   “Llamó Jesús a los Doce”. Este breve texto nos recuerda que la evangelización no es una iniciativa de los individuos sino la respuesta libre a la invitación que nos hace el Señor.

o   “Los envió de dos en dos”. La invitación tiene un objetivo muy preciso: asumir una tarea dentro del plan de salvación. El que es enviado tiene la obligación de expresar, con la mayor fidelidad, los propósitos de aquel a quien representa. No le corresponde expresar sus posiciones u opiniones personales. De ahí la importancia de que los evangelizadores dejen a un lado las tentaciones de vanidad que los llevan a buscar el protagonismo. En la evangelización, el único protagonista es el amor infinito de Dios que nos hace partícipes de su vida a través de la Pascua de Cristo.

o   “Les mandó que no llevaran nada para el camino”. Algunos podrían considerar temeraria esta orden pues dejaría desprotegidos a sus enviados. Sin embargo, hay un sentido teológico profundo: la obra evangelizadora no puede buscar su seguridad y creer que es eficiente porque cuenta con abundantes recursos materiales. Es la obra de Dios y no el mercadeo de un  producto o de un servicio.

o   “Y les dijo: cuando entren en una casa, quédense en ella, etc.” Jesús les da instrucciones  sobre lo que deben hacer y decir cuando actúan en su nombre. 

ü Ahora los invito a explorar brevemente la primera lectura, que es un texto del profeta Amós, quien era un personaje del siglo VIII AC, dedicado a las faenas del campo:

o   Su país se encontraba en un momento de expansión económica que coexistía con desgarradoras situaciones de inequidad social. Amós se siente llamado por Dios para denunciar las injusticias.

o   Como era de esperar, las denuncias del profeta generaron reacción en los que se sintieron afectados. Es doloroso identificar como promotor del complot contra Amós al sacerdote Amasías, que estaba al frente del santuario de Betel. Él representaba a una casta sacerdotal que le hacía el juego a la corrupción imperante; era una situación escandalosa de subordinación de la religión a la política. El sacerdote Amasías le dice al profeta Amós: “Vete de aquí, visionario, y huye al país de Judá; gánate allá el pan profetizando; pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario de rey y templo del reino”.

o   Nos encontramos ante una clara situación de subordinación de la Palabra de Dios a los intereses del gobernante de turno. 

ü Estas lecturas de hoy, en las que el Maestro da las pautas para las primeras prácticas apostólicas de sus discípulos y se intenta silenciar la denuncia del profeta Amós, nos deben abrir los ojos respecto a la fidelidad del evangelizador a su misión:

o   El objeto del anuncio es Jesucristo resucitado y la vida nueva que Él ofrece. Hay que ser muy cuidadosos con la pureza del mensaje  de manera que no se contamine de ideología.

o   Por una parte, hay grupos de interés que quieren que el anuncio evangelizador esté totalmente separado de cualquier reivindicación social; para ellos la fe es algo puramente individual y cultual, que se expresa en cantos, aleluyas y emotivas ceremonias. Nada más.

o   En el otro extremo, están aquellos que desean utilizar a la Iglesia para que avale sus plataformas políticas, sus procesos electorales actuando de legitimadora de  opciones partidistas. La historia de la Iglesia está llena de episodios en los cuales ha caído en la trampa de las posiciones partidistas y su credibilidad ha quedado gravemente herida. 

ü Que estas sencillas reflexiones sobre la misión que Jesús confía a los Doce y la persecución que sufre el profeta Amós nos ayuden a afinar el discernimiento para la actividad evangelizadora de la Iglesia, que no puede perder el rumbo  apuntándole a objetivos e intereses diferentes.