Domingo XXI del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

 

ü   Lecturas:

o       Libro de Josué 24, 1-2ª.15-17.18b

o       Carta de San Pablo a los Efesios 5, 21-32

o       Juan 6, 61-70

 

ü    Las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar sobre la firmeza de nuestro compromiso cristiano. Para nosotros la fe es un hecho cultural ya que nacimos y fuimos educados en un medio tradicionalmente católico:

o       Nuestros padres y abuelos nos enseñaron a rezar.

o       Los sacramentos nos han acompañado en las diversas etapas de nuestro desarrollo. No concebimos la vida dentro de una familia tradicional en la cual los niños no hayan sido bautizados o no se haya celebrado  la Primera Comunión.

o       Profesamos unas enseñanzas sobre Dios, la Iglesia, los sacramentos, la vida después de la muerte.

o       Conocemos unas normas éticas que deben regir nuestra vida; otra cosa es que las practiquemos al pie de la letra.

o       Con estos ejemplos quiero subrayar que hemos sido educados en un contexto sociológico en el que la religión católica es un factor importante de socialización.

 

ü     Ahora bien, una cosa es haber nacido en un medio tradicionalmente católico y seguir a lo largo de la vida con esta inercia religiosa, y otra cosa muy  diferente es apropiarnos esa fe cultural y hacerla carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre. Hay una diferencia sustancial entre una fe sociológica, es decir, heredada, y una fe asumida por convicción.

 

ü     Pues bien, la primera lectura, tomada del Libro de Josué, y el texto del evangelista San Juan hacen preguntas muy directas sobre la consistencia de la fe:

o       Josué, como líder de la comunidad, convocó a las doce tribus de Israel y les dirigió una pregunta tan directa que no daba lugar a respuestas evasivas: “Si no les parece bien servir al Señor, escojan a quién servir: a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes habitan”.

o       A pesar de las numerosas e inequívocas manifestaciones de predilección obradas por Dios a favor de su pueblo, Israel vivió momentos muy ambiguos y tormentosos en su relación con el Dios de la Alianza.  Israel fue errático en su camino religioso, pues unas veces reconocía las intervenciones de Dios en su historia, y otras veces regresaba a sus andanzas paganas y ofrecía sacrificios a los viejos ídolos.

o       Los seres humanos somos profundamente ambiguos, pues en nuestra historia personal se alternan fidelidad e infidelidad, generosidad y egoísmo, justicia y arbitrariedad. Esa es nuestra condición humana.

o       Josué, líder religioso de Israel, pide al pueblo que asuma posiciones claras y que defina, de una vez por todas, de qué lado está.

o       ¿Cómo nos sentiríamos hoy si Josué,  vestido no ya con la túnica del beduino sino con un diseño de Arturo Calle, entrara a nuestras casas y pusiera como  tema de conversación la solidez de nuestra fe? Repito: ¿cómo nos sentiríamos? Porque hay profundas ambigüedades que no queremos superar. Veamos algunas situaciones tomadas de la vida real.

o       Hay personas casadas que quieren conservar su matrimonio, pero al mismo tiempo juegan a la infidelidad pensando que se trata de un pasatiempo intrascendente.

o       Hay personas que hablan con mucha convicción de la ética pero se consideran muy astutas cuando logran evitar el pago del IVA o llevan una doble contabilidad.

o       Podríamos poner muchos ejemplos cotidianos en los que se hace patente el divorcio entre la teoría y la práctica, entre los principios que decimos profesar y nuestras actuaciones en el ámbito familiar y de los negocios.

o       Que esta meditación dominical sea ocasión para examinar nuestro comportamiento y desenmascarar nuestras ambigüedades e incoherencias.

 

ü     Pasemos ahora al texto del evangelio de San Juan:

o       Las palabras de Jesús sobre el pan vivo bajado del cielo han escandalizado a sus contemporáneos, para los cuales era inaceptable aquel modo de hablar.

o       Jesús, al ver que muchos de sus seguidores lo abandonaban, se dirige a los doce Apóstoles: “¿También ustedes quieren marcharse?” Jesús los interpela sobre la calidad de su compromiso.

o       Las multitudes que escuchaban a Jesús eran heterogéneas pues en ellas se encontraban personajes con muy diversas motivaciones: desde los curiosos hasta los que  estaban en un sincero proceso de búsqueda religiosa.

o       A medida que Jesús fue explicitando lo que significaba seguirlo a Él, se fueron quedando rezagados aquellos que tenían motivaciones frágiles. La desbandada alcanzó su punto crítico el Viernes Santo, cuando pareció que naufragaba el proyecto de Jesús.

o       Hay personas con una espiritualidad muy “light”, la cual  se derrumba con la primera crisis (sea un fracaso afectivo, la muerte de un familiar o una enfermedad)

 

ü    Es hora de terminar nuestra meditación dominical. Teniendo como telón de fondo el desafío  de Josué (“escojan a quién servir”) y la pregunta de Jesús (“¿también ustedes quieren marcharse?”) examinemos la firmeza de nuestros principios, revisemos el lugar que ocupa Dios en nuestras vidas, y desenmascaremos las ambigüedades en nuestro comportamiento: decimos una cosa pero actuamos de manera diferente.