Domingo XXVII del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

 

ü     En esta misa dominical centraremos nuestra reflexión en la temática que nos propone la primera lectura, tomada del profeta Habacuc.

 

ü     Puede parecer extraño que demos importancia a un autor bíblico que es desconocido para la mayoría de los fieles. Y no solamente se trata de un profeta prácticamente desconocido, sino que su obra escrita  fue muy pequeña: su libro de profecías apenas consta de tres capítulos.

 

ü    Los invito avanzar en el conocimiento de este personaje, que ocupa un lugar central en la liturgia de hoy:

 

o       Poco sabemos sobre la vida privada de este israelita que fue un devoto seguidor de Dios y de sus leyes.

o       Por los datos que nos ofrece el texto podemos ubicarlo entre el año 605 y el año 597 A.C.

o       Es un momento histórico muy difícil para el pueblo de Israel, que se encontraba bajo el dominio de Asiria. Sin embargo, la hegemonía de Asiria fue desplazada por el poderío de los babilonios. Quienes han visitado el Museo Británico, en Londres, han podido admirar los formidables testimonios del desarrollo alcanzado por estas dos culturas.

o       Ahora bien, una cosa es el desarrollo cultural alcanzado por asirios y babilonios, y otra cosa muy distinta era su sensibilidad  frente a lo que hoy llamamos derecho internacional humanitario.

o       Si los asirios fueron crueles, los babilonios los superaron. La constatación de esta crueldad produce una profunda crisis en el profeta Habacuc.

 

ü     ¿En qué consiste la originalidad del mensaje de este profeta?

o       Los profetas tradicionales se habían dirigido al pueblo de Israel y le habían echado en cara los pecados cometidos y su infidelidad a la alianza.

o       Habacuc se aparta de este modelo tradicional: en lugar de incriminar a Israel por sus pecados, Habacuc se enfrenta  a Dios y le pide cuenta de sus acciones.

o       Estos reclamos del profeta nos parecen irrespetuosos. ¿Cómo explicar este comportamiento? Habacuc está desconcertado, se encuentra en crisis, porque Dios, en lugar de castigar los excesos y crueldades de los babilonios, los usa como herramienta en contra del pueblo elegido.

o       Habacuc, hombre bueno y piadoso, se atreve a cuestionar a Dios. Este profeta nos muestra que es legítimo expresar nuestras dudas y perplejidades. En la vida ocurren muchas cosas que no entendemos. Una de las cosas  que nos produce más rabia es el aparente triunfo del mal: con frecuencia vemos que los delincuentes triunfan y que los honestos son los perdedores.

o       Podemos hacer que nuestras quejas a Dios sean una verdadera oración.

 

ü    Si analizamos cuidadosamente la estructura de la primera lectura que hemos escuchado, encontraremos que consta de dos partes: en un primer momento, se halla la pregunta formulada por Habacuc;  y más adelante aparece la respuesta dada por Dios.

 

ü     ¿Cuál es la pregunta  dolida que expresa el profeta?

 

o       “¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches?” Esta pregunta, que suena a reclamo, nos permite percibir la desesperación del profeta ante la situación que está viviendo su pueblo.

o       “¿Por qué me haces ver tanta angustia y maldad? Estoy  rodeado de violencia y destrucción; por todas partes hay pleitos y luchas”.

o       Los colombianos, que hemos padecido durante décadas el azote de la violencia, nos sentimos identificados con este reclamo dolido de Habacuc: miles de hermanos nuestros han muerto en medio de esta guerra absurda, el secuestro ha paralizado la actividad económica, los campesinos abandonaron el campo por las amenazas de los violentos.

o       Habacuc nos enseña que podemos expresar nuestras quejas y reclamos al buen Dios, porque hay muchas situaciones humanas que no entendemos.

 

ü     ¿Encuentra respuesta el reclamo del profeta? El texto que escuchamos en la primera lectura nos ofrece elementos muy interesantes.

 

ü     La respuesta de Dios a los reclamos del profeta empieza de la siguiente manera: “El señor me respondió así: escribe la visión, guárdala en tablillas, de modo que se lea de corrido”.

 

ü     En Babilonia no existían los computadores ni las agendas electrónicas; en general, se escribía sobre tablillas  de barro, las cuales se metían en un horno y así adquirían una consistencia dura como la piedra.

 

ü     ¿Qué sentido tiene esta recomendación que Dios hace al profeta?  El objetivo es invitar a la comunidad para que esta experiencia sea recordada como testimonio de que la palabra de Dios siempre se cumple. La memoria es frágil; con frecuencia olvidamos las acciones que la Providencia ha realizado en nuestras vidas. Por eso se recomienda poner por escrito este momento con el fin de volver sobre él.

 

ü    A continuación, en la respuesta de Dios al reclamo de Habacuc, se hace un  paralelo entre la vida del malvado y la vida del justo:

 

o       El arrogante conquistador babilónico está embriagado con los saqueos, es un codicioso insaciable, ha abandonado las normas más elementales de la decencia y de la integridad moral.

o       En contraste con el orgullo falso y perverso de los babilonios, están los justos, cuyas acciones siguen  la voluntad de Dios; la vida de los justos es dirigida por su fe, en agudo contraste con la vida de los malvados cuyo motor es la codicia.

 

ü    Ciertamente, en la respuesta de Dios a la queja de Habacuc hay un mensaje de esperanza: a pesar del aparente triunfo de los malos, los buenos terminarán triunfando.

 

ü     El problema es el cuándo:

 

o       El profeta Habacuc  desearía ver los resultados a corto plazo.

o       También nosotros nos aceleramos, nos sentimos ansiosos porque quisiéramos que esta pesadilla de violencia que vive nuestro país terminara ya.

o       Sin embargo, la historia tiene un ritmo diferente; y no sólo la historia, también los planes de Dios tienen un cronograma que no siempre coincide con el nuestro. Ese es el sentido de los versículos que encontramos en la primera lectura de hoy: “Aún no ha llegado el momento de que esta visión se cumpla, pero no dejará de cumplirse. Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso”.

o       Recordemos algunas lecciones de la historia que nos confirman que finalmente la causa justa triunfa: Hitler proclamó que sus Tercer Reich duraría mil años. ¿Qué quedó de ese poderosísimo imperio nazi? Se derrumbó, arrastrando en su caída a millones de muertos. El otro ejemplo es el sistema comunista, que parecía invencible; pero sorpresivamente, sin que los futurólogos lo hubieran previsto, en 1989 cayó el muro de Berlín y ese proyecto político, con sus millones de soldados y armas atómicas, se derrumbó como un castillo de arena.

 

ü     Es hora de concluir: ¿qué nos queda claro de esta meditación dominical?

 

o       La oración de Habacuc es la de un creyente acongojado, que se siente agobiado por  la violencia que padece su pueblo por la acción de una potencia invasora. Se dirige a Dios para expresarle que no entiende por qué  parecen triunfar los violentos.

o       Esta oración de Habacuc nos autoriza para dirigirnos con confianza a Dios y manifestarle nuestras perplejidades porque nos suceden muchas cosas absurdas, que nos parecen injustas.

o       Dios le dice al profeta que el bien termina venciendo sobre el mal, que los violentos terminarán siendo superados por los hombres y mujeres de bien, que desean construir una sociedad  que respeta la justicia y la equidad.