Domingo III del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

ü    Lecturas:

o       Profeta Jonás 3, 1-5.10

o       Primera Carta de San Pablo a los Corintios 7,29-31

o       Marcos 1, 14-20

 

ü   El evangelio de hoy nos presenta las primeras actividades de la vida apostólica de Jesús:

o       Su identidad y su misión ya habían sido reveladas en el momento del bautismo en el Jordán por Dios Padre, quien lo proclamó como su Hijo amado, y por Juan Bautista, quien lo había señalado como el Cordero de Dios.

o       Después de estas solemnísimas presentaciones en sociedad, Jesús empieza su actividad pastoral en un momento doloroso y difícil, porque Juan Bautista, quien le era tan cercano,  había sido llevado a la cárcel. No es, pues, un momento gozoso sino de persecución, característica ésta que acompañará a la acción evangelizadora de la Iglesia a lo largo de su historia.

o       Vale la pena decir una palabra sobre el lugar donde empieza Jesús su vida pública: prefiere alejarse de Jerusalén, que era la capital política y religiosa de Israel, donde se concentraba el poder y hervían las intrigas de todo tipo, y  se dirige a Galilea, que era tierra de paganos e impuros, de pobres y marginados. La escenografía que busca para su lanzamiento es un claro mensaje sobre su opción preferencial por los excluidos de la sociedad.

 

ü     El evangelio de Marcos  nos presenta las dos primeras acciones públicas de Jesús: el anuncio inicial y la escogencia de los colaboradores inmediatos. Profundicemos en cada uno de estos puntos.

 

ü     ¿Cuál es la declaración inicial que dirige a esos pocos seguidores de los comienzos? “Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el evangelio”:

o       Jesús pone punto final a aquel capítulo de la historia de Israel, que duró siglos, que consistió en la promesa. La buena noticia de Jesús es ya una realidad presente y actuante.

o       ¿Cuál es la llave que abre este presente lleno de posibilidades? La llave es la conversión y la fe.

o       La conversión es un cambio radical en cuanto a la manera de pensar, de juzgar y de actuar. Es imposible asumir los grandes valores del reino si no superamos los vicios y resabios del pasado. La novedad del reino exige mujeres y hombres nuevos.

o       Jesús invita a estos primeros interlocutores a que crean en el evangelio, a que dejen a un lado sus prejuicios y se abran confiadamente a la Palabra de Dios. Nuestros bloqueos internos  paralizan la acción de Dios en nosotros.

 

ü     Después de haber presentado este llamado inicial a la conversión y a la apertura confiada, Jesús empieza a constituir su equipo de trabajo:

o       Él es una caja de sorpresas, que rompe los esquemas  de la lógica humana. En lugar de revisar las hojas de vida de distinguidos especialistas en asuntos religiosos como lo eran los sacerdotes, escribas y fariseos, prefiere hacer su búsqueda entre los hombres del montón, a quienes encuentra pescando y remendando las redes.

o       En el sofisticado mundo empresarial son ampliamente conocidos los “caza-talentos” o “head hunters”, cuya misión es descubrir a brillantes profesionales que cumplen con un determinado perfil. Pues bien, Jesús organiza su oficina “caza-talentos” en las orillas del lago de Galilea. No encontramos un escenario solemne o sagrado para esta escogencia de los primeros discípulos; simplemente un paisaje evocador, unas barcas, unas redes y unos pescadores. Esto quiere decir que Dios hace su llamado dentro de lo cotidiano, en medio de las actividades comunes.

o       La llamada de Jesús es categórica: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”. Ante estas palabras no hay lugar para las vacilaciones. La invitación de Jesús exige una transformación sustancial en el proyecto de vida de estos hombres, quienes cambiarán de eje pues en adelante sus vidas no estarán centradas en la satisfacción de las necesidades personales y familiares, sino en el crecimiento del reino de Dios a través de la evangelización y el testimonio.

o       Los nuevos discípulos no tendrán que elaborar un duelo por lo que han dejado atrás, sino que sus vidas experimentarán una metamorfosis: han encontrado a Alguien - con mayúscula - que colmará el sentido de sus vidas.

 

ü    Si preguntamos a los cristianos de hoy  cómo conciben su fe, muchos responderán que su fe consiste en la aceptación de unos dogmas o en el cumplimiento de unas normas morales o en la asistencia a unos ritos. Esta meditación dominical sobre el evangelio de Marcos nos pone de manifiesto que lo nuclear de la fe es el seguimiento de Jesús. Se trata de responder, con hechos concretos, a la llamada que Dios nos hace en medio de nuestros quehaceres: como padres y madres de familia, como estudiantes, como profesionales y empleados, como funcionarios públicos. Dios se nos manifiesta en medio de la pequeña historia de todos los días.