Domingo II del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

ü     Lecturas:

o       Primer Libro de Samuel 3, 3b-10.19

o       Primera Carta de San Pablo a los Corintios 6, 13c-15ª.17-20

o       Juan 1, 35-42

 

ü     La liturgia de este domingo tiene una temática claramente centrada en la llamada o vocación que Dios hace a cada uno de nosotros:

o       La primera lectura nos describe la llamada que Dios hace al joven Samuel quien, por causa de su inexperiencia, no comprendió quién era el que lo llamaba con tanta insistencia. Lo más importante en este  relato es la respuesta de total disponibilidad que expresa Samuel: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”

o       El evangelio de San Juan plantea a su manera, es decir, en un esquema diferente al de los evangelios sinópticos, la llamada de Jesús a los primeros discípulos. Para el evangelista fue una experiencia tan intensa que setenta años después recordaba la hora en que se había producido este encuentro: “Eran como las cuatro de la tarde”

 

ü    Para no perdernos en los detalles nos concentraremos en dos tópicos prioritarios, el testimonio y la experiencia. Empecemos, pues, por el testimonio:

o       Andrés y el otro discípulo – que es Juan – descubren a Jesús gracias al testimonio de Juan Bautista, quien señaló a éste como el Cordero de Dios, quien se iba a inmolar por su pueblo, imagen que era comprensible para los israelitas de la época.

o       Simón Pedro halla a Jesús por el testimonio de su hermano Andrés.

o       Natanael reconoce al Señor por el testimonio de Felipe.

o       Las personas que fueron conociendo a Jesús contaron su experiencia y así estos testimonios se fueron multiplicando de manera que los contemporáneos se  familiarizaron con este profeta que mostraba particular simpatía por los excluidos de la sociedad.

o       Nuestra fe, como creyentes del siglo XXI, se apoya en el testimonio unánime, firme, de la Iglesia a través de dos mil años de historia.

 

ü     Además del testimonio, hay otro aspecto prioritario en este relato, y es la experiencia personal:

o       El texto de San Juan resume esta experiencia única a través de un diálogo que puede ser engañoso por su informalidad: “¿Qué buscan? Ellos le contestaron: ¿dónde vives, Rabí? Él les dijo: vengan a ver. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él  ese día”

o       Esta experiencia cambió la vida de estos hombres sencillos y también cambió nuestras  vidas, porque nuestra fe se levanta sobre el fundamento de la fe los apóstoles.

 

ü     Para este primer grupo de seguidores de Jesús, la experiencia fue determinante. En contraste con ellos, nuestros contemporáneos tienen una manera diferente de ver a Jesús: para algunos el Maestro es una conciencia crítica de la humanidad que denuncia las injusticias e invita a la fraternidad; para otros Jesús es un hermoso sentimiento estético que ha inspirado a artistas de todos los tiempos. ¡Atención! Jesús es mucho más que una instancia sociológica que cuestiona, es mucho más que un sentimiento estético que inspira. Jesús está vivo y se hace presente en medio de la comunidad eclesial; allí debemos descubrirlo y experimentarlo.

 

ü     Es muy interesante analizar la forma como el evangelista Juan presenta a ese Jesús que pasa y llama; en pocas palabras hace una  rica síntesis teológica:

o       El primer trazo de Jesús proviene de Juan Bautista, quien lo presenta como el Cordero de Dios. Esta imagen del cordero era muy familiar para los israelitas. Recordemos cómo la sangre del cordero sirvió para marcar las puertas de las casas de los israelitas cuando eran esclavos en Egipto, y así sus primogénitos se salvaron de la muerte. Desde entonces, cada año el pueblo de Israel  celebra la cena pascual donde el plato central es un cordero preparado según una receta milenaria. Jesús, sacrificado en la cruz, es visto como el cordero de Dios que salvó a la humanidad del pecado y de la muerte.

o       En el diálogo inicial  de Jesús con este pequeño de simpatizantes aparece un segundo rasgo, el de Rabí o Maestro, en cuando Jesús ofrece enseñanzas para la vida y descubre el misterio de Dios a los hombres.

o       Después Andrés le dice a Pedro: “Hemos encontrado al Mesías”. En las expectativas del pueblo de Israel, el Mesías o Ungido de Dios cumpliría las promesas e instauraría el Reino.

o       Así, pues, este Jesús que pasa y llama es Cordero de Dios, Maestro y Mesías.

 

ü    Este proceso de la llamada culmina con la respuesta, personal y libre, de seguir a Jesús. El discípulo es un seguidor que busca apropiarse de las enseñanzas de su Maestro para así cambiar su vida personal y transformar la sociedad.

 

ü   Es hora de terminar nuestra meditación dominical. Que estas lecturas sobre la llamada o vocación nos hagan reflexionar sobre el impacto que tiene el testimonio que demos, que nos estimulen a avanzar en la experiencia de Jesús a través de la oración, de la liturgia y del compromiso  fraterno, y que nuestra respuesta a la llamada de Dios sea incondicional.