Reflexiones Bíblicas
San Lucas 11, 5-13Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Evangelio:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si
alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: "Amigo,
préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada
que ofrecerle", y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta
está cerrada, mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para
dártelos". Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se
los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará
cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se
os abrirá; porque quien pide, recibe; quien busca, halla, y al que llama, se le
abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un
escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros
hijos, ¿cuanto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se
lo piden?"
COMENTARIOS
La segunda parte de la secuencia contiene una parábola. Dios
es comparado a un «amigo» a quien otro amigo acude de noche, a una hora
intempestiva, para pedirle unos panes. Gracias a la insistencia, aquél terminará
por dárselos. También Dios, dice Jesús, hará lo mismo. Hay que «pedir»,
«buscar», «llamar», con la seguridad de que «se recibe lo que se pide», que «se
encuentra lo que se busca», que «se abren las puertas cuando se llama»
(11,9-10). Triple búsqueda, insistencia total. A continuación se pone una serie
de ejemplos entresacados de la vida cotidiana. Para concluir con una frase
lapidaria: «Pues si vosotros, aun si sois malos, sabéis dar cosas buenas a
vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará Espíritu Santo a los
que se lo piden! »(11,13). A diferencia de Mateo (Mt 7,11: «dará cosas buenas»),
Lucas explicita que el don por excelencia es «el Espíritu Santo». La comunidad
no tiene que pedir cosas materiales: es necesario que concentre su oración en el
don del Espíritu, la fuerza de que Dios dispone para llevar a cabo el proyecto
de comunidad fraterna que propugna Jesús.