Reflexiones Bíblicas

Domingo XXVII del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Génesis 2, 18-24

El Señor Dios se dijo: "No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude." Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase. Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presento al hombre. El hombre dijo: "¡Ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne."

Salmo responsorial: 127

R/Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu trabajo, / serás dichoso, te irá bien. R. Tu mujer, como parra fecunda, / en medio de tu casa; / tus hijos, como renuevos de olivo, / alrededor de tu mesa. R. Ésta es la bendición del hombre, / que teme al Señor. / Que el Señor te bendiga desde Sión, / que veas la prosperidad de Jerusalén / todos los días de tu vida. R. Que veas a los hijos de tus hijos. / ¡Paz a Israel! R.

Hebreos 2, 9-11

Hermanos: Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Marcos 10, 2-16

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?" Él les replicó: "¿Qué os ha mandado Moisés?" Contestaron: "Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio." Jesús les dijo: "Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne". De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre." En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: "Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio." Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

COMENTARIOS

GÉNESIS. La mujer es compañera del varón y un ser igual que él. Fue creada para compartir su vida; pues no es bueno para el varón estar solo. La tensión del apetito sexual y el sometimiento no están presentes en el momento ideal de la pareja en el paraíso. La razón de la pareja es compartir la existencia en el plano de la igualdad. Adán y Eva están constituidos por una misma carne y unos mismos huesos; son iguales, están formados de la misma materia. La unión monogámica de la pareja es el fundamento de la moralidad sexual y familiar, no el placer que la mujer proporciona al varón o la posibilidad de procrear que aporta a la especie.

No hay superioridad de uno sobre otro. Adán es claramente superior a los animales que Dios hace pasar ante él, por eso les pone un nombre; al igual que un señor designa a sus vasallos. En cambio, cuando se encuentra con la mujer reconoce que ella, al contrario que los animales, sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Y el nombre que le da no es, como sucede con los animales porque sea superior, sino porque reconoce su estrecho vinculo con él. Varon en hebreo se dice ish, y mujer, ishah. Es en Gn 3,20 cuando la mujer recibe el nombre propio de Eva, que se lo da Adán en función de su destino: ella sera madre de todos los vivientes.

EVANGELIO. En los tiempos de Jesús los judíos admitían con toda la naturalidad el divorcio, tal como lo habían venido haciendo a lo largo de su historia. Aunque algunos rabinos teóricamente restringían el empleo del divorcio a la comisión de adulterio, en la practica se podía despedir a la mujer por cualquier nimiedad.

En la respuesta definitiva que Jesús da a los fariseos en su disputa con ellos, recurre a dos argumentos de peso, uno antropológico y otro teológico, que avalan su enseñanza sobre la indisolubilidad del matrimonio.

- La primera razón justifica en parte la ley sobre el repudio, para luego superarla. Con su sentencia soberana Jesús continua así la critica profética a una disposición parcial e incluso contraproducente en algunos de sus aspectos y sublima la verdadera realidad de la Ley, como expresión de la voluntad divina.

- La segunda razón fundamenta la tajante negativa de Jesús a dar por buena la separación matrimonial recurriendo al libro del Génesis y rebatiendo, de este modo, un precepto legal secundario. Y es que lo establecido en el Génesis se adecúa perfectamente a los designios divinos, establecidos al principio de la creación, mientras que el repudio se trata de un añadido, que no puede integrarse en el proyecto salvador del Creador sino parte de las egoístas conveniencias humanas.