Mateo 13, 31-35. 

Parábolas de la mostaza y la levadura

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo 

 

 

La frase "pequeño como un grano de mostaza" era común en Palestina. Cuando los judíos se
referían a una infracción de la Ley de Moisés realmente pequeña, decían que era una falta "pequeña
como un grano (semilla) de mostaza". Y en este sentido la usa Jesús: "Si tuviérais fe del tamaño
de un grano de mostaza..." (Mateo 17, 20). Jesús, en el evangelio de hoy se refiere a ese proverbio;
no habla como un botánico especialista en plantas. Quiere decirnos que los comienzos de todas
las cosas siempre han sido pequeños. Es bueno recordar que nosotros mismos tuvimos el tamaño de
una cabeza de alfiler en nuestro primer momento de ser, de existir, de vida.


Estamos acostumbrados a dejarnos deslumbrar ante los grandes acontecimientos y despreciamos
la fuerza de lo pequeño. Dios actúa diferente: se manifiesta siempre en lo insignificante, en lo que no
cuenta. Por eso, nos cuesta descubrir la presencia de Dios, cuando aplicamos en la vida nuestros
propios criterios. Reflexionemos sobre las dos parábolas del evangelio de hoy.


1º el grano de mostaza: Es insignificante, pero alberga en su interior la capacidad de producir vida.
Al estar dentro de la tierra (enterrada) tiene la furza que la hace brotar hacia arriba y convertirse
después en árbol, en el que pueden anidar las aves del cielo. Este proceso necesita tiempo. A veces
somos nosotros muy impacientes al exigir un rendimiento inmediato por los avances de la técnica.
Y es que estamos perdiendo la capacidad de esperar.


2º La levadura: Moler el trigo y amasar la harina para jacer el pan era propio de la mujer. Por eso,
habla la parábla de la levadura, que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina hasta que
toda la masa quedó fermentada. Tres medidas de harina hacen una masa grande en contraste con 
el poquito de levadura. La pequeñez de la levadura no será impedimento para que fermente toda la
masa. Igual pasa con el Reino de Dios inaugurado en la tierra y en la debilidad. "Fermentará/
levantará" un día la masa entera de la humanidad.


El Señor nos da la oportunidad de crecer al ritmo de la naturaleza, al ritmo de Dios. No pidamos más.
El Reino no es el resultado de la violencia sino de la ternura y de la humildad.