Lucas 17, 20-25 

"El Reino de Dios está dentro de vosotros"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Las autoridades políticas y religiosas judías creían que el Mesías, que esperaban, iba a ser el rey y el liberador de Israel del imperio romano y que establecería, con el pueblo judío, un imperio mundial, que tendría a Jerusalén como capital. Por eso, varias veces le preguntan cuándo va a llegar ese Reino. Así reacciona Jesús. Se lo explica bastante bien.

1° Respuesta de Jesús a la pregunta de los fariseos: "Cuándo y cómo llegará el Reino". Jesús les dice que viene sin dejarse sentir, no está aquí o allá, "está ya ahora dentro de vosotros". Seguro que Jesús no les dijo "dentro de vosotros" -como hace la traducción- sino "entre vosotros", para hacerles ver que no es algo puramente interior.

2° Tiempos o días del Hijo del hombre. De los dos tiempos, que se distinguen, hoy toca el 1°:

- el Día de la Resurrección de Jesús. Será -les dice- como un relámpago, pero antes tiene que padecer mucho.

No se le puede descubrir, palpar con los sentidos, pues una vez, que ha resucitado, no está aquí o allá;

- el Día de la Revelación, sobre el que nos hablará el evangelio de mañana.

3° Parecemos profetas de desgracias. Somos pesimistas por naturaleza. Sólo vemos lo oscuro, lo negro.

Hasta la propia Jerarquía de nuestra Iglesia, las comunidades cristianas, los teólogos, nosotros mismos

-como seguidores de Jesús- nos sentimos incapaces de abrir horizontes nuevos.

El evangelio de hoy nos invita a erradicar de nosotros todo tipo de pesimismo: dejar la noche y descubrir el día, llenos 
de luz, como en un nuevo Tabor, con la presencia del Dios. de Jesús.

¿Que cómo experimentarlo? Muy sencillo. A través de:

- pequeños detalles, gestos de amor en la comunidad, familia, trabajo, barrio, etc.

- noticias positivas (no todas son malas) de los "Informativos";

- personas concretas, héroes anónimos, que se esfuerzan por llevar la paz donde haya guerra, 

reconciliación donde haya odio, justicia donde haya explotación, etc., y, sobre todo, llenando el corazón de amor.

Así vamos haciendo presente entre nosotros -dentro de nosotros- el Reinado de Dios. Y nuestros corazones podrán respirar siempre sólo aire limpio, y llenos de fe, esperanza, amor.

Así ayudamos a descubrir y descubrimos nosotros la venida del Hijo del hombre, que llevará a aquel presente a su realización plena y definitiva.

Importante: Conciliar en cada momento de nuestra vida la atención al presente y la tensión al futuro.