Juan 12, 24-26

"Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Me sirvo en gran parte del "Bíblico´2004" para este comentario:
"Juan desea resaltar que ha llegado "la hora" de Jesús, la hora de su pasión-glorificación. Sólo 
ahora, la obra de Cristo se abre a todos, cayendo toda frontera que lo impedía. Glorificación 
a través de la pasión. De ahí la metáfora del grano de trigo. Sabemos que no perece todo, pero tiene 
que ser sepultado, enterrado para producir vida nueva.


Jesús nos está recordando el motivo principal de este texto, al anunciar la hora decisiva en que ocurre
el acontecimiento salvador y divino de la "glorificación del Hijo del hombre", lo que hace notar con la
comparación del grano de trigo que cae en tierra. Esta metáfora tiene que entenderse desde la 
perspectiva de los campesinos que valoran su trabajo, el proceso de la siembra y la nueva planta 
como algo maravilloso.


Se pretende decir que Jesús ha de morir si quiere "llevar fruto", si ha de tener éxito; pero también 
que esa muerte será fecunda. La muerte de Jesús es la muerte de la que procede todo "fruto". De ahí 
que se designe como una muerte salvadora, como una muerte de la que brota la vida eterna,
"la vida otra". En todo caso, la imagen del "producir fruto" ha de mantener la mayor apertura posible.
Toda la salvación brota de esa muerte.


Jesús nos invita a seguirle en esa entrega total. Nos invita a tener una actitud de confianza completa
y sin reservas a la salvación del reinado de Dios. Para una persona así, tanto la ganancia como la pérdida
se convierten en fuente de vida. Sólo así no se vive en la disposición egoísta de aeegurar su propia 
existencia, sino más bien en la acitud de una apertura y entrega radical, en que se olvida por completo 
de sí mismo. 


Esta actitud y conducta nos la enseña Jesús no sólo con palabras sino con su misma vida, muerte y
resurrección. Recordemos las palabras de Jesús: "Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por
los que ama." El que entrega su vida por los demás, ama de veras, se olvida de su propio interés
y de su propia seguridad y lucha por una vida digna y libre para todos.


El martirio de San Lorenzo sucedió en los origenes de la Iglesia, pero siempre los mejores cristianos
han dado su vida por los demás siguiendo el ejemplo de Jesús.


¿NOS PREGUNTAMOS CADA UNO DE NOSOTROS HASTA DONDE ESTAMOS
DISPUESTOS A LLEGAR?