Lucas 10, 35-42 

"Sólo una cosa es necesaria"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Marta y María, dos mujeres, dos maneras de ser, dos caminos en el seguimiento de Jesús.

1º Marta representa a los israelitas observantes y siempre "fieles a la Ley" y a la Tradición. Por no ser libres, no se atreven a dar un paso distinto para incorporarse a la aventura del Reino. Seránfundamentales en su vida: la organización jerárquica de la sociedad, la fidelidad a las tradiciones, no renovar nada, es decir, que todo camine como siempre. Representa a hombres y mujeres, laicos y clérigos, que no se atreven a tomar iniciativa alguna en la vida y prefieren ser fieles  a 
la Institución antes que al Reino.

2º María representa la nueva manera de ser persona: que va forzando el nacimiento de una nueva sociedad abierta siempre a la vida y vida abundante. María ha escogido "la mejor parte", porque ha seguido en la vida los valores del Reino. Y ha empezado a caminar. Encuentra dificultades, pero sigue adelante. Se libera de la esclavitud y de la letra de la Ley y de las Tradiciones, y se encuentra con Jesús, y lucha para ser feliz y hacer felices a los demás.

3º ¿A quién nos parecemos en la vida de cada día?

- A Marta, si echamos anclas y nos dormimos en el pasado.

- A María, si nos sentimos herederos del Reino, vivimos con alegría y esp ontaneidad y descubrimos que toda mediación -Iglesia incluida- tiene un valor relativo. pues lo único absoluto es el Reino de Dios.

Nos invita el Evangelio a crecer en el silencio, formándonos como oyentes y servidores de la Palabra de Dios. Atentes a cuantos vaivenes se nos presenten en la vida de cada día, pero concentrados al mismo tiempo en lo que nos propone el Maestro.

Nuestra vida, como animadores de la comunidad eclesial pasa primero por un discipulado "a los pies del Señor", ya que en nuestra acción necesitamos de la Palabra del Maestro y así dejarnos guiar en cada momento por el camino adecuado.

Buena síntesis de todo este evangelio podría ser el "ora et labora" (reza y trabaja) de los Monjes Benedictinos, Con San Francisco de Asís rezamos:

"Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, / tuyas son la alabanza, la gloria y el honor,

tan sólo tú eres digno de toda bendición, / y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor./ Y por los que perdonan y aguantan por tu amor

los males corporales y la tribulación: / felices los que sufren en paz con el dolor,

porque les llega el tiempo de la consolación. / Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén."