Lucas 11, 5-13 

"Pedid y se os dará"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

El texto de hoy nos ofrece un pequeño tratado "sobre la oración".

- parábola del amigo inoportuno;

- consideraciones sobre la confianza en la oración;

- gran unidad en el texto sobre la eficacia de la oración constante y perseverante.

Sigue Jesús hablando de la oración a sus discípulos y se sirve de la parábola del amigo inoportuno, que acude de noche a su amigo (Dios), pidiéndole unos panes, que necesita para atender una visita inesperada. La hospitalidad entre los judíos era un deber sagrado. 

Con frecuencia, los que viajaban llegaban al anochecer a su destino. Debían ofrecerles, ante su petición, algo de comer y de beber, aunque para ello tuviera que ser molestado algún vecino pidiéndole, desde luego, todo esto prestado. Por ello, ante la insistencia reiterativa, se levanta y se lo da.

Es lo que hace Dios siempre y con todos. Debemos tener la seguridad de que las puertas de Dios siempre las tenemos abiertas.

Si logramos cultivar una actitud perseverante, tendremos una interesante ventaja: el esfuerzo nos hará crecer como personas y apreciaremos en su justo valor lo que hemos alcanzado, lo que Dios nos da, pues las cosas fáciles no son valisas. Y le pedimos:

-que nos disponga el Reino;

-que nos capacite para trabajar con valentía y alegría en la realización de su Proyecto.

No pedirle caprichos, antojos, bobadas, necesidades que nos creamos nosotros.

No pedirle que cambie El. Somos nosotros los que tenemos que cambiar a mejor.

Cierto que lo vamos a sentir muy cerca de nosotros, como Padre lleno de misericordia, si adoptamos en la vida una actitud de apertura a su Espíritu.

¿Cómo es nuestra oración personal? ¿Y la oración comunitaria? ¿Qué le pedimos a Dios?

-¿Realizar su Reinado en nuestra vida?

-¿O le pedimos lo que nos interesa a nosotros y así intentamos manipularle?

Quien pide el Espíritu de Dios, es decir, el Reino, no quedará defraudado.