Marcos 1, 29-39 

"Se curó de la fiebre y se puso a servirles"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

El segundo gesto de Jesús se da en un ambiente privado, en casa de Simón: es la curación de la
suegra de Simón Pedro. Así:
-Curando a la suegra de Pedro y a otros muchos enfermos muestra Jesús su condición de
"enviado de Dios".
-Expulsando los demonios, manifiesta su autoridad, capaz de vencer al mal que reina en el mundo.
-El contacto con Jesús, "que no ha venido a ser servido sino a servir" contagia a la mujer que,
curada de la fiebre, "se levanta y se pone a servirles". Sólo con la curación de Jesús 
se ve libre y sirve, como actitud contraria al demonio, que se erige en Príncipe y Señor.
-Hermosa la actitud de servicio de la mujer, opuesta a tantos otros, que querrían servirse del Maestro.
-A continuación vuelve Jesús al espacio de la vida pública pasando la puerta de la ciudad y
continúa su obra, su tarea liberadora y sanadora e impide -al ser identificado por el 
demonio como "ungido de Dios"- que digan quién es, para no crear falsas expectativas.
-Después de una jornada bastante ajetreada y de madrugada se va Jesús a un descampado,
abandonando la ciudad, para orar. En la oración se da ese encuentro de Jesús consigo
mismo y con el Padre. La popularidad y el reconocimiento, que va adquiriendo Jesús, 
lejos de quitarle o restarle libertad, le impulsan más bien a afirmar este espacio de 
soledad e interioridad. Pide al Padre ayuda para liberar a cuantos se encuentran poseídos
por el mal. Camina él por la vida siempre en actitud de entrega y servicio.
-El éxito obtenido -"todo el mundo te busca"- y el deseo de la gente de hacer de él un líder, no le
sirven. Jesús no busca aplausos ni se identifica con el líder, que oprime, reprime y 
suprime la vida. El ha venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia.
Por eso, no vuelve a Cafarnaún e invita a los discípulos a proclamar su liberación en otras
poblaciones. ¡Hay tanto que hacer!...


Nuestra misión hoy: servir a los más necesitados:
-liberándoles de los espíritus inmundos;
-curándoles de todas las enfermedades y debilidades: hambre, desnutrición, falta de acogida, de
cariño, de cultura, de libertad, etc.


Así, la Comunidad de los seguidores de Jesús, la Iglesia, saldrá de su entorno y estará allí donde 
haya necesidad de su presencia liberada y liberadora. No estaría mal.