Marcos 2, 1-12 

"Tus pecados quedan perdonados"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

El episodio, que nos describe el Evangelio de hoy, es más complejo. Con el milagro del paralítico
perdonado y curado, Jesús da tres respuestas: a los amigos, al paralítico y a los fariseos.


Para el pueblo y para los escribas gozar de buena salud era signo de la bendición divina; la
enfermedad era seńal de maldición de Dios, sobre todo, si dejaba marcas en el cuerpo, como la lepra
y la parálisis. Jesús ataca esa mentalidad y se pone a favor del ser humano. Sus respuestas son:
1) A los amigos, que en este caso son los cuatro portadores del paralítico (4 son los puntos 
cardinales e indican totalidad). "Cuando vio la fe de esa gente" -dice Marcos-. Son los amigos que,
venciendo dificultades y respetos humanos, después de convencer al paralítico para que se deje
conducir hasta Jesús, le llevan en unas parihuelas, guiados por la fe. Y Jesús, premia esta fe.
2) Al paralítico que, en tantas horas de ociosidad, se habría preguntado por qué Dios lo castigaba
a él con la parálisis. Los amigos intentan convencerle que Jesús puede y quiere curarle. La 
conciencia remuerde al paralítico de algunos pecados cometidos y le lleva a dudar si, a pesar de 
ellos, Jesús haría el milagro. Se deja llevar aun no convencido del todo. Pero, apenas se cruza su
mirada con la de Jesús, siente la necesidad del perdón -es lo que más le preocupa-. Y ya perdonado
también quedará curado de la parálisis.
3) A los fariseos. La gente sencilla no tiene dmasiada formación religiosa y ni siquiera se dan 
cuenta del perdón, que Jesús concede al paralítico, cuando dice la Ley que sólo Dios puede
perdonar. En cambio, los fariseos y maestros de la Ley se escandalizan. Y se indignan
justificadamente: ni ellos, ni los demás, ni siquiera todavía los discípulos de Jesús ven en El al Hijo
de Dios.


La argumentación de Jesús los hace callar:"Si yo doy la salud a lo divino, żpor qué no voy a
perdonar a lo divino? Y desconcierta a todos. Y demuestra que sólo El -también a lo divino- puede
amar al hombre entero: en cuerpo y alma. Es verdad: sólo Dios puede perdonar los pecados, pero en
Jesús, en su palabra y en su vida, se ha hecho presente el mismo Dios para que nosotros seamos
salvados, liberados, perdonados.


Jesús Resucitado ofrece como don primero el perdón sin condiciones y les da a los Apóstoles su
Espíritu "para el perdón de los pecados". No debemos nosotros renunciar nunca a la sed de justicia,
siempre que NO nos lleve al espíritu de venganza y SI nos lleve a una actitud de misericordia, que se
traduce en perdón sin límites.