Juan 2, 1-13 

"Jesús comenzó sus signos en Caná"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

En Israel las fiestas de las bodas duraban siete días y el vino -mejor tinto- era un elemento
indispensable por ser la bebida más usada y, además, por ser símbolo del amor. Había que 
preparar en cantidad comida y vino para no defraudar a los invitados.


Entre los que se encuentran invitados en estas bodas de Caná -según nos señala Juan, que es el
único evangelista, que nos describe este hecho- vemos a María, a Jesús y a sus Discípulos. 


Reinaba un ambiente popular, mucho baile, alegría y jolgorio, muy propio de los orientales. El agua
era para las purficaciones establecidas por la Ley (puro cumplimiento de normas externas). Esto va
a terminar con Jesús, que barre de un plumazo todas estas leyes opresoras. Por eso, cambia el
agua en vino, símbolo de fiesta, de libertad interior, de la misma Eucaristía, que es compartir. Ha 
llegado el día de fiesta para los pobres, de una fiesta sin fin.


Destaca la presencia de María y su intervención ante Jesús. Todo
- un símbolo: el Israel fiel (María) reconoce que en las vasijas de piedra o barro (nos recuerda a 
la Ley de Moisés escrita en tablas de piedra) ya no hay vino. Le Ley perdió su valor.
- una prueba para María, que siempre siguió a Jesús en su vida, participando de sus penas y 
alegrías, de su cruz y de su resurrección.
Las tres grandes palabras de María, que se repiten hoy, son:
- fiat (hágase): es fe y entrega;
- "no tienen vino": es cercanía maternal e intercesión;
- "haced lo que El os diga": es entrega al Hijo, es volver a dar a luz al Hijo y abrirnos a su 
evangelio.


Así, en Caná, abre Jesús la nueva era del Espíritu.
Para nuestra reflexión/oración/compromiso nos vienen de maravilla los versos de Casaldáliga:
"La verdad es que no tenemos vino. / Nos sobran las tinajas, y la fiesta
se enturbia para todos, porque el sino / es común y la sola sala es ésta.
Nos falta la alegría compartida. / Rotas las alas, sueltos los chacales,
hemos cegado el curso de la vida / entre los varios pueblos comensales.
¡Sangre nuestra y de Dios, vino completo, / embriáganos de Ti para este reto
de ser iguales en la alteridad.
Una pisada en nuestra dura historia, / vino final bebido a plena gloria
en la bodega de la Trinidad!
¡Qué importante! El Dios de Jesús no se nos revela en medio de un templo o en la cumbre de una
montaña, en medio de gloria e imponente majestad, sino en una boda, acompañado de su Madre 
y sus amigos.


Iniciamos hoy el Octavario de Oración POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS. Por eso, durante todo
este Octavario, treminaremos con la siguiente oracion:
"Unidos a todos los cristianos, nuestros hermanos, de los que aún estamos separados,
rezamos: HAZ, SEÑOR, QUE OLVIDEMOS ODIOS Y RENCORES. NO PERMITAS QUE NOS
ACOSTUMBREMOS A LA DIVISION QUE REINA EN NUESTRAS VIDAS. CONSTITUYE UN
ESCANDALO PARA EL MUNDO Y UNA OFENSA A TU AMOR. PADRE NUESTRO, QUE
VIVAMOS SIEMPRE COMO HIJOS TUYOS Y VEAMOS A TODOS LOS CRISTIANOS