Mateo 11, 28-30 

"Venid a mí los cansados y agobiados"

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

Mirando el texto de Mateo, se ve claramente por qué colocó estos dichos de Jesús en esta parte
concreta de la narración. Antes Jesús había sido rechazado por los letrados del pueblo. Ahora
se vuelve Jesús hacia los pobres, oprimidos por la carga pesada del legalismo judío, y les anuncia
un mensaje de liberación.


Seguirán, eso sí, los conflictos entre ellos sobre el Día del Sábado. Pasemos al análisis del texto:
Andamos todos "cansados y agobiados" por las angustias, vaivenes, sobresaltos, etc., con los que
nos chocamos en la lucha por la vida con las ganas de vivir cada día.


La Palabra de Dios sale hoy al encuentro de nuestros cansancios y nos invita a una confianza ain
límites en el Padre Dios. Venceremos así la tentación de desánimo, que siempre nos acecha.
Importante la invitación inicial del Señor: "Venid a mí los cansados y agobiados". No nos trae 
recetas ni fórmulas secretas o leyes. Señala más bien la importancia del encuentro personal con
Cristo, la comunión de vida con El.


Por olvidar, precisamente, la vida de comunión personal con Cristo, nos dejamos llevar por el agobio
y cansancio, queriendo resolverlo todo nosotros, envueltos en mil preocupaciones por nuestro
quehacer diario.


En su oración al Padre, Jesús le da gracias, porque ha querido revelar los misterios de su amor a
los pequeños (la gente sencilla) y no a los grandes y poderosos.


Y ofrece después Jesús su descanso a los fatigados y sobrecargados por la vida. Les ofrece una 
carga ligera en lugar del yugo pesado de bueyes o del que los fariseos imponen a los demás, sin
tocar ellos un dedo.


Porque "El es manso y humilde de corazón", no como los orgullosos y pedantes maestros de la
Ley y los propios fariseos. Jesús nos ofrece su descanso, alivio, amor.


Y espera de nosotros una conducta igual: de amor y perdón a todos, de solidaridad con los que sufren
y de compartir nuestra vida, nuestros bienes, nuestro tiempo con los más humildes. Para eso nace en
Belen, en un pesebre.


Nuestra preparación de Adviento para esta Navidad debe manifestarse en el compromiso de llevar el
peso (la carga) de los que están a punto de desfallecer.